Sanando a la psicología de sus obsesiones: Hacia una psicología radical y pospositivista
La psicología que quería ser una ciencia auténtica
(Adaptación del cuento La rana que quería ser una rana auténtica de Augusto Monterroso)
Había una vez una psicología que quería ser una psicología auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad.
Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de las ciencias naturales y adoptó su filosofía y metodología para que los demás la aprobaran y reconocieran que era una ciencia auténtica.
Un día observó que lo que mas admiraban de ella era su positivismo, especialmente su objetividad, de manera que se dedicó a realizar experimentos y pruebas estadísticas , y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una ciencia auténtica, decidió vender su alma, y ella todavía alcanzaba a oir con amargura cuando decían que que buena esa psicología, que parece ciencia.
El nuevo milenio nos impulsa a reflexionar sobre el estado de la psicologia y su futuro como disciplina dentro de las ciencias sociales. Después de haber pasado más de 100 años de haberse fundado el primer laboratorio de psicología tenemos que preguntarnos: ¿Cómo se encuentra la psicología en este nuevo milenio? ¿Ha logrado la psicología su meta de facilitar el bienestar de los seres humanos? ¿Cómo puede contribuir de manera mas efectiva a mejorar la condición humana en este nuevo milenio? ¿Hacia dónde se dirige la psicología y hacia dónde yo creo que debe dirigirse en el siglo 21?
Consideramos que gran parte de los esfuerzos de la psicología se han diluído en tratar de demostrar a las demás ciencias su carácter científico, dejando a un segundo plano la meta de promover el bienestar colectivo. Parafraseando al psicólogo postjunguiano James Hillman: hemos tenido mas de 100 años de psicología y el mundo está peor. Miles y miles de psicólogos se gradúan todos los años pero, en términos generales, la psicología no ha producido cambios significativos en nuestra sociedad. Los terapistas parecen tener poco efecto en la salud mental de la población. Los psicólogos industriales no parecen mejorar la industria y los psicólogos escolares no parecen mejorar la educación. ¿Por qué la psicología no parece ser útil en las áreas que estudia?
La condición espiritual de la psicología al finalizar el milenio es una que se caracteriza por un síntoma que ella misma ha descrito, evaluado y tratado: las obsesiones. La causa de estas obsesiones radica en que la psicología ha basado su sistema en una ideología caracterizada por las dicotomías. Dicotomías tales como individuo y sociedad, enfermedad y salud, cuerpo y mente, razón y sentimiento, libertad y determinismo, ciencia y mito, cualitativo y cuantitativo, han producido que la psicología valorice una sola de las dimensiones y, como resultado, tenemos una ciencia de la psicología que se caracteriza por ser reduccionista, individuocéntrica, “ahistórica”, encapsulada culturalmente y etnocéntrica.
La obsesión principal que sufre la psicología, y de la cual se derivan todas las demás, es el querer hacer ciencia imitando el modelo de las ciencias naturales y su perspectiva positivista. El positivismo se basa en la idea de que la realidad es independiente de la percepción humana y puede ser descubierta a través de la observación y la experimentación. En el positivismo se cree también que el investigador puede ser neutral y que el reconocimiento de sus valores haría imposible la objetividad. Debido a que la definición de ciencia aceptada por la psicología es la que provee las ciencias naturales, la psicología ha confrontado el siguiente dilema: se acoge a los criterios científicos establecidos por las ciencias naturales o se identifica con las artes y las humanidades, admitiendo que no es ciencia. La psicología, en su intento de ser validada y reconocida, decidió que el paradigma de las ciencias naturales era el más adecuado y ha tratado de emularlo ciegamente, con muy poca reflexión en relación a la adecuacidad de este paradigma para estudiar a los seres humanos. Se imita a las ciencias naturales porque ellas supuestamente nos proveen el método de investigación más preciso: el experimento. Sin embargo, en las últimas décadas el método experimental ha sido criticado por varias razones:
1.Esta tradición de investigación está basada en un paradigma colonialista en el cual los sujetos son manipulados por el experimentador para producir determinados resultados. Se ha cuestionado la ética de engañar a los participantes de un experimento en relación a la naturaleza del estudio y las implicaciones de esto para la imagen de los científicos sociales (Kidder & Fine, 1997).
2.El experimento es una situación artificial y por lo tanto carece de validez ecológica y sus resultados no pueden ser generalizados a otros contextos.
El tratar de imitar a las ciencias naturales nos lleva a obsesionarnos con los números y la medición cuantitativa, adoptando la actitud de “si no se puede medir no tiene los méritos para ser estudiado”. Esta obsesión, que podemos llamar cuantofrenia, nos lleva a realizar estudios que preguntan: “En una escala del 1 al 10 , ¿cuánto usted quiere a su esposa?”. Se considera que si uno quiere ser científico tiene que usar números y medidas precisas. ¿Cómo puede una persona explicar en números los efectos de su primer amor, la muerte de un padre, el nacimiento de un hijo, la primera experiencia religiosa? ¿Como es posible que la inteligencia de una persona pueda ser reducida a un número que puede determinar su futuro de manera significativa?
Otra de las obsesiones que ha afectado a la psicología es el individuocentrismo. La psicología ha tendido a explicar los fenómenos sociales por medio de procesos y eventos intrapsíquicos, olvidándose en gran manera del contexto social, político y económico que afecta los mismos. De esta forma, ha de politizado los problemas sociales localizándolos al nivel de la psique individual y en muchas ocasiones ha culpado a las víctimas. Por ejemplo, describir el prejuicio hacia los negros como un déficit de personalidad no le presta atención al hecho de las desigualdades económicas y sociales que existen entre los negros y los blancos.
La lógica de oposiciones binarias ha llevado a la psicología al desarrollo de preguntas sin sentido: ¿Es el individuo libre o está determinado?; ¿Qué es lo más importante el individuo o la sociedad?; ¿Actuamos a través de la razón o los sentimientos? Derrida (1978), el filósofo francés, argumenta que este tipo de dicotomía es característico de las ideologías y que lleva a las personas a darle más importancia a una de las partes de la dicotomía sobre la otra cuando en realidad la una no puede existir sin la otra. Derrida recomienda que rechazemos la lógica de las oposiciones binarias y adoptemos una lógica en la cual las dicotomías son componentes inseparables de un sistema, ninguno de los cuales puede hacer sentido sin el otro. Dentro de ese modelo el individuo y la sociedad son conceptualizados como un ecosistema, en donde no es posible estudiar el uno sin el otro.
Otra de las dicotomías que ha caracterizado a la psicología como ciencia es el dualismo objetividad- subjetividad. La historia de la psicologia del siglo pasado se puede resumir en muy pocas palabras: una psicología obsesionada con la objetividad. Consideramos que es necesario redefinir los conceptos de objetividad y subjetividad para poder realizar investigaciones que tengan el propósito de describir y entender las experiencias de las personas. La objetividad no puede ser alcanzada a través de la eliminación de las características personales del investigador sino mediante un entendimiento claro de la influencia que las mismas ejercen sobre la investigación. El conocimiento científico es obtenido a través de un punto de vista o perspectiva particular sin la cual los símbolos de la ciencia carecerían de significado. Como escribe el filósofo de la ciencia Michael Polanyi: “Existe participación personal del individuo en todos los actos del entendimiento pero eso no convierte nuestro entendimiento en subjetivo”. Esta obsesión con la objetividad ha tenido como consecuencia lo siguiente:
1. Considerar la relación entre el investigador y sus participantes como una fuente de contaminación para el estudio en vez de una dimensión que ofrezca aprendizaje y facilite la comprensión del problema. La objetividad se entiende como distanciamiento del fenómeno que se estudia .
2. La presentación de la imagen del investigador que se caracteriza por la invulnerabilidad , la omniciencia y la omnipotencia. La tendencia en las investigaciones es a describir solo las historias exitosas. Siguiendo el modelo de la buena película de Hollywood, al finalizar el estudio, los investigadores aparentan haber encontrado respuestas claras a las preguntas que se habían hecho al principio. Aparentemente no cometen errores, ni experimentan confusión durante el proceso de investigación. Similares a los protagonistas de una película los investigadores aparentan ser omnipotentes y tener control absoluto sobre las actividades de investigación. La orientación general entre los investigadores es escribir sobre su investigación como si no estuviesen presentes en la actividad de entrevistar, observar e interaccionar con los participantes. Usualmente los informes de investigación están totalmente dedicados a examinar al Otro sin incluir una descripción de los prejuicios, pre concepciones y trasfondos culturales y personales de los investigadores y cómo estos factores influyen en la selección de los tópicos de estudio, la metodología y la relación con los participantes. Es necesario considerar a los investigadores como sujetos posicionados que han vivido unas experiencias particulares que pueden tanto inhibir como permitir unos tipos específicos de aprendizaje (Rosaldo, 1983). Tal vez la práctica de lo que podemos llamar una subjetividad crítica pueda facilitar la disolución de la dicotomía objetividad subjetividad.
Otra de las dictomías que ha afectado a la psicología es que se ha separado la actividad científica de la vida y los procesos humanos del investigador. Por ejemplo, en mi caso mis intereses investigativos en torno a los sistemas folclóricos de ayuda (espiritismo y santería) fueron influenciados por el hecho de haber sido curado por un sanador espiritista(medium espiritista) cuando era niño. De ahí surge mi interés por entender la sanación folclórica utilizando métodos cualitativos. En ese sentido soy lo que podemos llamar un investigador herido en el sentido de que mi pregunta de investigación surge de una experiencia personal que transforma mi vida completamente. Actualmente me encuentro desarrollando un proyecto de investigación que tiene como objetivo describir y entender las experiencias de los padres no custodios, particularmente aquellos que han perdido la custodia debido al proceso de divorcio. Como padre que he sufrido las consecuencias de perder la custodia de mi hija por el mero hecho de divorciarme, me resulta imperante trabajar por el bienestar de todos aquellos que han padecido igual que yo.
Para mí, toda investigación tiene que impregnarse con el alma y el corazón del investigador para que el conocimiento generado por la misma sea beneficioso, valioso y relevante. Nuestra vida y nuestros sueños son lo que deben dictar nuestros planes investigativos y no meramente las agencias que proveen fondos para la investigación, ni las necesidades de permanencia y ascenso.
La psicología ha vivido obsesionada con la efectividad y superioridad de la psicoterapia, cuando la evidencia de decenas de estudios indica que los paraprofesionales pueden ser tan o mas efectivos que los profesionales (Dawes, 1994; Durlak, 1979). Durlak llegó a la siguiente conclusión:
… la educación profesional, el adiestramiento y la experiencia no son rerequisitos necesarios para que una persona pueda ayudar efectivamente (p. 245).
La psicología del nuevo milenio tiene que continuar explorando las formas en que las personas en sus comunidades se ayudan mutuamente sin la necesidad de profesionales de ayuda. No solo eso, tiene que dirigir sus esfuerzos a vitalizar los sistemas naturales de ayuda que poseen las comunidades (botánicas, sanadores tradicionales, uso de plantas medicinales, líderes religiosos, chóferes de carro público,entre otros).
La psicología también ha estado obsesionada con la “patologización” de las experiencias humanas. Las diferencias entre los grupos han sido vistas
como deficiencias, tomando como modelo ideal la experiencia del hombre blanco norteamericano. Por ejemplo, algunas mujeres han sido diagnosticadas con el llamado Desorden Disfórico Premenstrual, el cual es considerado un desorden mental en las mas reciente edición del DSM. Muchos se benefician con la construcción de estos desórdenes: los investigadores, las escuelas de medicina y las farmacéuticas. Sin embargo, todas las mujeres se perjudican porque son estigmatizadas con categorías ofensivas a su dignidad. Nos parece que la creencia de que la menstruación y la menopausia son problemas para la mujer esta basada en la asunción de que el cuerpo femenino es anormal, deficiente y enfermizo. Esta asunción es reforzada por el sistema patriarcal y contribuye a la opresión de las mujeres.
La psicología ha patologizado, también, las experiencias religiosas y la espiritualidad. Desde la concepción freudiana de las experiencias religiosas como signos de enfermedad mental, los psicólogos han mantenido una actitud ambivalente en relación al fenómeno religioso. En el nuevo milenio la psicología tiene que atender la dimensión de lo sagrado sin reducirla a categorias psicológicas.
La pregunta que entonces debemos hacernos es: ¿Cómo podemos ayudar a la psicología a liberarse de sus obsesiones? ¿Cómo podemos sanarla? Podemos preguntarnos: ¿existen alternativas al positivismo ? En las últimas décadas y facilitado por las tendencias posmodernas, ha surgido un nuevo paradigma de investigación que ha influenciado a la psicología y otras ciencias sociales. A este paradigma se le ha descrito como cualitativo, pospositivista, hermenéutico, experiencial, fenomenológico y constructivista. A pesar de que estos sistemas difieren entre sí, tienen las siguientes similaridades:
1. Utilizan métodos participativos que se desarrollan a través del diálogo.
2. Rechazan las epistemologías basadas en una objetividad simple.
3. Se basan en la capacidad humana para la reflexión crítica como base de su trabajo.
4. En relación a la naturaleza de la realidad, consideran que la misma es múltiple, holística y producto de construcciones sociales.
5. Consideran que las generalizaciones independientes del tiempo y el contexto no son posibles.
6. Se considera que el modelo de causalidad es inadecuado para entender la conducta humana.
7. Toda investigación está influenciada por los valores del investigador.
Para sanar la psicología tenemos que ayudarla a estar consciente de su sombra e integrarla: debe reconocer que en ella existen capacidades ilimitadas tanto para hacer el bien como para hacer el mal, para construir como para destruir. El conocimiento psicológico está contaminado por los prejuicios y la ideología socio política de su época. A través de la historia de la psicología hemos visto como la misma ha sido utilizada para discriminar en contra de grupos no privilegiados (mujeres, inmigrantes, homosexuales, etc). No debemos olvidar el llamado racismo “científico” de Arthur Jensen que mediante el uso de pruebas de inteligencia diseñadas para medir la inteligencia de hombres blancos de clase media concluyó que los negros eran intelectualmente inferiores. De forma similar Lawrence Kolhberg, el creador de la más popular teoría de desarrollo moral concluye que las mujeres son moralmente inferiores a los hombres, apoyando en cierta manera las afirmaciones, sexistas, chauvinistas y misógenas del padre de la psicología moderna, Sigmund Freud. De igual modo, los psicólogos en la industria han ayudado a mantener prácticas y políticas injustas en nombre de la eficiencia y la productividad mediante el uso de técnicas psicológicas que pacifican a los obreros y reducen sus resentimientos en contra del patrono (Prilleltensky, 1994). Además, los psicólogos escolares en ocasiones atribuyen las causas de los problemas de aprendizaje a factores internos del estudiante y no se considera seriamente la posibilidad de que el problema sea causado por las prácticas y el ambiente de la escuela.
La trascendencia de estas dicotomías tendrá como consecuencia una psicología libre de obsesiones, libre para ser lo que realmente requiere su naturaleza. Esta psicología ideal del siglo 21 tendrá las siguientes características:
1. Se conceptualizará tanto como ciencia humana como disciplina de las humanidades. Los datos de la psicología incluirán también poesía, narrativa, arte, cuento, drama, entre otros. ¿Por qué cuando se quiere entender algo importante sobre la naturaleza humana , acerca del amor, el odio, la depresión, la compasión, el terror, preferimos acudir a la literatura y no a los libros de texto de psicología? ¿Quién mejor para describir la angustia existencial que los poetas? Me parece que ningún estudio ha capturado esa angustia de la manera en que la expresa el poeta portugués Fernando Pessoa en uno de sus poemas:
Peores males hay que estar enfermo,
dolores hay que no duelen ni en el alma
y que dolorosos son, mas que los otros.
Hay angustias soñadas mas reales
que las que trae la vida, hay sensaciones
sentidas con solo imaginarlas, mas nuestras que la propia vida.
Hay tanta cosa que sin existir
existe, existe demoradamente
y demoradamente es nuestra y es nosotros…
En esta nueva psicología los límites entre la ficción y la realidad serán cada vez mas difusos y se hablará de la ficción como realidad y la realidad como ficción.
2. Los psicólogos dejaremos de estar preocupados por asuntos de licencia, colegiación, status profesional y regulación de la práctica de la psicología y nos ocuparemos más de asuntos que afectan el bienestar de la sociedad puertorriqueña. Hace unos años, el Congreso de E.U. decidió no otorgar mas fondos federales a los pocos programas de intercambio de jerenguillas existentes en E.U. y P.R., los cuales han probado ser efectivos en disminuir la transmisión del VIH entre aquellos que usan drogas intravenosas. Presionados por diferentes grupos, el Congreso decidió dar mano libre a los Estados, incluyendo a Puerto Rico, para que utilicen fondos estatales para financiar programas de intercambio de jerenguillas, si así lo deseaban. El gobierno de Puerto Rico, sin embargo, rehusó financiar los mismos sin consultar a los científicos sociales para tomar esa decisión. Como científicos sociales tenemos que hacer lo que esté a nuestro alcance para ser escuchados. Tenemos que dejarle saber al gobierno que tenemos la sabiduría y el entendimiento para asesorar en los problemas psico sociales que afectan a nuestro pueblo.
3. La psicología del siglo 21 tiene que estar comprometida con el cambio social y con la creación de una sociedad más justa y en ese sentido debe definirse como una psicología emancipadora. Una psicología emancipadora debe contribuir a eliminar la opresión, la deprivación, la explotación y la exclusión. Tiene que contribuir de manera más significativa a reducir los problemas ambientales que confronta la humanidad. No es mediante la creación de nuevas especialidades que se contribuye a resolver estos problemas, sino mediante la acción concertada de todos los científicos sociales.
El nuevo milenio nos deja una psicología que necesita terapia, que necesita una sanación profunda para poder encontrarse a sí misma. La psicología necesita recobrar su alma pues se le ha perdido . La psicología debe empezar la tarea de trascender las dicotomías que la fragmentan, la dividen y la convierten en una disciplina reduccionista y superficial. Si esto requiere la desaparición de la misma en el siglo 21, debemos estar dispuestos a contribuir a esa muerte. Sin embargo, me parece que aún estamos a tiempo de salvarla. Y como muy bien señala el autor de The Psychology of Flow (1991):
“Lo que ocurra en el tercer milenio, depende de lo que exista en la conciencia humana ahora: en las ideas que creemos tú y yo, los valores que apoyemos y las acciones que tomemos (p. 125).”
Referencias:
Derrida, J. (1978). Writing and difference. Chicago: University of Chicago Press.
Kidder, L. & Fine, M. (1997) Qualitative inquiry in psychology: A radical tradition. En D. Fox (Ed), Critical Psychology. California: Sage.
Mihaly Csikszentmihalyi (1991). The psychology of flow
Pessoa, F. Cancionero
Prilleltensky, I. (1994). The morals and politics of psychology. New York: State Univesity of New York Press.
Sarason, S. (1981). Psychology misdirected. New York: Free Press.