La medicina moderna se ha resistido a considerar el rol de la dimensión espiritual en la prevención y el tratamiento de las enfermedades. Sin embargo, numerosos estudios han encontrado que los factores espirituales y religiosos facilitan la recuperación física y mental de los pacientes (Aldridge, 1993; Byrd, 1988; Dossey, 1993; Reed, 1987). Se ha argumentado que se debe substituir el modelo médico prevaleciente que se caracteriza por ser reduccionista, mecanicista, impersonal y materialista (Larson, Wood & Larson, 1993) por un modelo más holístico, humanista y espiritual.

Considero que en realidad el nuevo paradigma que está surgiendo en las profesiones de la salud tiene sus bases en principios que los sistemas tradicionales de sanación han utilizado por siglos. En ese sentido este nuevo paradigma representa una manera de renovar unas tradiciones de sanación que han existido desde tiempos muy antiguos (Katz, 1997, 1993, 1982). Todas las culturas desarrollan formas específicas para lidiar con los asuntos concernientes a la sanación y la enfermedad dentro de un contexto socio-cultural. La psicoterapia y la medicina occidental es solo uno de varios sistemas de ayuda que se practican alrededor del mundo (Frank, 1991; Kiev, 1964; Torrey, 1986; Murphy, 1994). En las últimas dos décadas se ha estado reconociendo que la psicoterapia occidental no necesariamente es el método más apropiado y efectivo para ayudar a personas de distintos transfondos culturales. Por ejemplo, en los Estados Unidos se ha recalcado el explorar y entender sistemas tradicionales de ayuda desarrollados y practicados por grupos minoritarios tales como el de los nativos americanos (Bergman, 1973), negros americanos (Griffith, 1982) e hispanos (Harwood, 1977; Sandoval, 1979; Trotter & Chavira, 1981).

En este libro examinaremos los sistemas de ayuda folklórica prácticados por los puertorriqueños. Por sistema folclórico de ayuda nos referimos a aquel sistema de ayuda que ha sido desarrollado y que es practicado por personas que no tienen un grado académico que los capacite para esta tarea. A los practicantes de estos sistemas de ayuda los llamaremos sanadores folclóricos. Analizaremos tres principales sistemas folcóricos de ayuda : el espiritismo, la santería y el chamanismo.

¿Cuál es la importancia de estas prácticas folclóricas para la sociedad puertorriqueña? Un estudio epidemiológico reveló que alrededor de un veinte por ciento de una muestra significativa de la sociedad puertorriqueña ha utilizado el espiritismo como sistema de ayuda (Hohmann, Richeport, Marriott, Canino, Rubio-Stipec & Bird, 1990). Es también muy probable que este por ciento sea más alto debido a que muchos puertorriqueños temen confesar que han utilizado los servicios de un sanador espiritista. Este estudio también encontró que el uso de los sanadores espiritistas no era un substituto del uso de los servicios de salud mental. De hecho, aquellos que utilizaron los servicios de los espiritistas visitaron en mayor por ciento a un profesional de salud mental que aquellos que no eran espiritistas.

La Organización Mundial de la Salud ha reconocido la importancia y el valor de las prácticas folclóricas de sanación y ha señalado que en donde sea apropiado deben integrarse con los programas profesionales de salud (Akerele, 1987; Pillsbury, 1982) Esta organización considera que los sistemas folclóricos de ayuda también merecen ser estudiados como recursos para combatir los problemas de salud prevalecientes .

Varias investigaciones realizadas por antropólogos, psicólogos y psiquiatras revelan que estas prácticas están contribuyendo a la salud mental del puertorriqueño, y, por lo tanto, el estudio de estos sistemas puede aportar al fortalecimiento de los servicios de salud mental (Garrison, 1977a; Harwood, 1977; Koss, 1975, 1980, 1987).

El estudio de las prácticas folclóricas de ayuda como sistema de salud mental es uno de gran relevancia para la sociedad puertorriqueña . Los problemas de salud mental afectan a uno de cada tres puertorriqueños (Torres Gotay, 1998). Miles sufren de depresión, ansiedad, estrés, falta de significado, alienación, entre otros debido a que el sistema profesional de salud mental en Puerto Rico no ha resultado ser efectivo. Muchos puertorriqueños se resisten a visitar un centro de salud mental por miedo a ser estigmatizados como enfermos mentales. Mas aún, los profesionales de ayuda no son la principal fuente de ayuda para un gran número de puertorriqueños que confrontan problemas emocionales. Se estima que solo una quinta parte de los puertorriqueños que necesitan servicios de salud mental reciben ayuda profesional (Rivera, 1984).

Dentro de este cuadro resulta esencial explorar y aprender de las prácticas folclóricas de ayuda que han mostrado ser efectivas en el tratamiento de los problemas de salud mental que aquejan a la sociedad puertorriqueña.

Comenzaré este trabajo discutiendo los asuntos metodológicos que confronté en mi investigación sobre sistemas folclóricos de ayuda. En el primer capítulo titulado “Hacia un modelo experiencial para el estudio de los sistemas folclóricos de ayuda” describo la metodología utilizada en mi investigación y el marco filosófico que dirigió la misma. Los próximos capítulos (II, III, IV) están dirigidos a la descripción de tres sistemas tradicionales de ayuda: espiritismo, santería y chamanismo . En el capítulo V siguiente analizamos las funciones terapéuticas y preventivas de los sistemas folclóricos de ayuda y en el capítulo VI después exploramos los asuntos relacionados a la colaboración entre el sistema profesional de ayuda y el folclórico. Mas adelante, (capítulo VII) tratamos el tema de los posibles elementos anti-terapéuticos de los sistemas folclóricos de ayuda y en el capítulo VIII presentamos una investigación en torno al potencial tóxico de un remedio folclórico utilizado tanto por espiritistas como por santeros. Terminamos esta sección con una descripción de los modelos que se han utilizado para entender la experiencia de la posesión espiritual (capítulo IX).

En la próxima sección se discuten algunas de las aplicaciones e implicaciones de los sistemas folclóricos. En el capítulo X se compara los métodos profesionales para tratar el alcoholismo con los enfoques utilizados por sanadores espiritistas. El segundo trabajo establece similaridades entre la psicología analítica de Carl Jung y el espiritismo puertorriqueño (capítulo XI). En el último capítulo se discute el desarrollo de los sanadores tradicionales y sus implicaciones para la psicología y la educación (capítulo XII).

Varias razones me han llevado a realizar este proyecto. Primeramente, no existe en Puerto Rico una obra de este tipo. En ese sentido, espero que este trabajo facilite la eliminación de los prejuicios que existen sobre los sistemas folclóricos de ayuda, y que aumente el conocimiento y la comprensión en torno a los mismos. Segundo, me parece esencial evaluar las contribuciones que estos sistemas pueden hacer a la salud mental del puertorriqueño. La actitud de superioridad que ha mantenido el sistema profesional de ayuda hacia el folclórico ha impedido que se pueda apreciar las dimensiones terapéuticas de este último.