Chapter

Las vidas de sanadores tradicionales

Una de las limitaciones de la literatura sobre sanación tradicional es que los sanadores no han recibido atención especial como individuos con experiencias y visiones de mundo únicas. La investigación sobre sistemas folclóricos de ayuda ha recalcado la descripción de los métodos de ayuda empleados por sanadores y la discusión de la efectividad de esta modalidad terapéutica mediante modelos basados en la psicoterapia occidental. Como resultado, sabemos muy poco sobre la vida y el desarrollo de los individuos que proveen servicios dentro del sistema tradicional de ayuda. No conocemos a profundidad, por ejemplo, cómo los sanadores tradicionales desarrollan sus habilidades, qué tipo de experiencias tienen o qué factores pueden promover su desarrollo. Una de las formas de estudiar cualquier tipo de sistema de ayuda es examinar el desarrollo de aquellos que son practicantes del sistema (Katz, 1981). En este capítulo se describe el desarrollo del sanador espiritista usando una metodología basada en la historia de vida.

Las historias de vida de sanadores espiritistas son necesarias por varias razones. Primero, al examinar el desarrollo de estos sanadores uno puede lograr una mejor comprensión del espiritismo como sistema de ayuda. Segundo, sus vidas pueden contener lecciones importantes y principios generales relacionados al desarrollo y la educación de sanadores, lo cual puede ser útil a los terapistas occidentales. Tercero, la investigación sobre el desarrollo de sanadores contribuye profundamente a aumentar nuestra comprensión de ellos. Cuando no se conoce suficiente sobre un grupo de personas, la tendencia es basar nuestro conocimiento de ellos en estereotipos. El aumentar nuestro conocimiento sobre el desarrollo de los sanadores facilitará el que nos movamos de la imagen unidimensional y tradicional que se tiene de ellos. Cuarto, al conocer a los sanadores como personas, estaremos mejor preparados para colaborar con ellos. Cualquier colaboración que se realice entre sanadores y psicoterapistas debe basarse en un conocimiento profundo del desarrollo de los sanadores folclóricos.

Basado en estos argumentos, el propósito principal de este capítulo es describir el proceso de convertirse en sanador espiritista (médium) utilizando una perspectiva fenomenológica.

Describiré el modelo de desarrollo que se desprende de las historias de vida relatadas por un grupo de sanadores tradicionales puertorriqueños y discutiré como este modelo difiere significativamente de las teorías de desarrollo humano creadas por psicólogos occidentales.

El desarrollo del sanador espiritista

El análisis de las historias de vida de los sanadores espiritistas revela que el proceso de convertirse en sanador conlleva dos etapas principales: la "apertura del cerebro" y el desarrollo de facultades.

Los sanadores se refieren a la primera etapa de su desarrollo como el período en donde tienen que "abrir el cerebro" a la influencia del mundo espiritual. Se piensa que a través de este proceso el individuo empieza a preparar sus canales espirituales para comunicarse con los espíritus. Los sanadores consideran que los espíritus tienen que pasar a través de sus cerebros para poder comunicarse. Cuando no quieren comunicarse con los espíritus, los médiums tienen que "cerrar sus cerebros".

La frase "abrir el cerebro" sugiere lo peligroso, vulnerable y delicado que es este período inicial. Una de los médiums comparó el abrir el cerebro con el abrir de una rosa, tratando de explicar la maravillosa pero delicada naturaleza de este período. Ella también comparó este período con la defloración de una mujer.

Las experiencias que caracterizan la apertura del cerebro se pueden clasificar de la siguiente manera:

a. escuchar voces

b. tener premoniciones acerca de la muerte de seres materiales

c. conversaciones con espíritus

d. experiencias fuera del cuerpo

e. predicción de eventos futuros

f. escritura automática

g. crisis emocional (obsesión)

Miriam, una participante de mi estudio, tuvo su primera experiencia con el mundo espiritual a través de un sueño en el cual conoció a su guía espiritual. Juanita empezó a tener conversaciones con seres invisibles cuando era niña. A la edad de cinco años, Áurea tuvo una visión del Niño de Praga. Otras sanadoras, tales como Luisa y Gela, tuvieron premoniciones sobre las muertes de familiares. Ada y Luz escucharon voces que le decían que se hiciera daño.

Para la mayoría de los participantes de este estudio, la adolescencia fue el período en donde empezaron a tener contacto con el mundo espiritual. Siendo la adolescencia un período del desarrollo extremadamente difícil, nos podemos imaginar cuan estresante fue este período para estas personas. En una sociedad en la cual los límites de la realidad están bien definidos, es muy normal el que estas personas experimentaran altos niveles de ansiedad.

La obsesión:

Siete de los 16 médiums señalaron haber sufrido una obsesión cuando empezaron a abrir sus cerebros. Para ellos la obsesión es un estado de desequilibrio mental en el cual la persona no tiene control sobre sus acciones debido a la influencia de espíritus negativos. La obsesión se caracteriza por síntomas tales como el gritar y llorar sin ninguna razón, pérdida de apetito, escuchar voces de naturaleza suicida y comportamiento agresivo. El médium que sufre una obsesión teme perder el control de sus impulsos.

Los médiums usaron palabras como locura y problema de los nervios para describir la experiencia de obsesión. Una de las sanadoras expresó que estaba histérica. Parece ser que todos ellos reconocen que tenían un desequilibrio mental pero pensaban que era causado por factores espirituales.

Estos siete médiums creen que ellos experimentaron la obsesión a modo de prueba debido a que estaban resistentes a aceptar sus facultades. Interpretaron la obsesión como una experiencia de aprendizaje que los ayudó a desarrollar facultades. Algunos consideran que el médium que sufra una obsesión está mejor preparado para enfrentarse al mundo espiritual que él que no haya sufrido una. Sin embargo, ninguno de los sanadores cree que es necesario experimentar una obsesión para convertirse en médium.

Las reacciones de los médiums a estas primeras experiencias dependen de varias factores. Considero que el grado de ansiedad que experimenta el médium en esta primera etapa de su desarrollo va a depender en parte de su capacidad de darle sentido y significado a estas experiencias. La socialización en la práctica del espiritismo puede ayudar al médium principiante a articular y estructurar estas experiencias, lo cual va a producir que experimente menos ansiedad.

También, se necesita considerar el grado de congruencia o disonancia experimentado por el médium cuando comienza a abrir su cerebro y las actitudes de su familia hacia el espiritismo. Por ejemplo, algunos médiums indicaron que cuando estaban teniendo estas experiencias, sus padres y otros familiares pensaban que se estaban volviendo locos. Además, algunos padres se opusieron a la idea de que sus hijos visitaran centros espiritistas.

El grado de distrés experimentado por los médiums en las primeras etapas dependerá de cuan bien pueden integrar estas experiencias. Algunos de los participantes describieron como al principio lucharon para no convertirse en médium. Para estos médiums la primera etapa en su desarrollo envolvió la integración de estas experiencias en la estructura de sus vidas para poder lograr un grado de congruencia. Fueron capaces de expandir su auto-concepto para adoptar una visión de mundo diferente.

Los médiums creen que el contacto previo con la práctica del espiritismo puede prevenir que una persona sufra de una obsesión porque éste podrá entender lo que está ocurriendo en su vida y tener apoyo de aquellos médiums que tengan más experiencia. Esta opinión se valida con las historias de vida de aquellos que sufrieron una obsesión. Con la excepción de Áurea, los médiums que sufrieron la obsesión no estaban envueltos en la práctica del espiritismo ni tampoco habían visitado centros espiritistas antes de experimentar esta crisis emocional.

El análisis de los médiums que no experimentaron la obsesión revela un patrón diferente. La mayor parte de ellos empezaron a visitar centros espiritistas cuando eran niños. De estos datos se puede formular la siguiente pregunta: ¿Sirve esta socialización para prevenir la obsesión y ayudar a que los médiums puedan abrir sus cerebros sin experimentar un alto grado de ansiedad? La vida de Ernesto es particularmente significativa para examinar esta pregunta. Sus padres eran espiritistas y tenían un centro. Ernesto creció considerando que sus experiencias con los espíritus eran completamente normal y además fue reforzado para tener comunicación con el mundo de los espíritus. Ernesto consideró que el desarrollo de facultades fue como el "pan de todos los días".

Basado en la concepción del médium sobre la experiencia de abrir el cerebro, podemos inferir que este proceso puede ser uno "ego-distónico" o "ego-sintónico". Cuando el proceso de abrir el cerebro es ego-distónico no es aceptado y es una fuente persistente de estrés. La persona va a tener sentimientos negativos hacia el convertirse en médium, percibiendo este rol como inaceptable e indeseable. Desde la perspectiva espiritista, la obsesión es consecuencia de experimentar el proceso de abrir el cerebro como ego-distónico.

Se experimenta el abrir el cerebro como ego-sintónico cuando la persona quiere convertirse en médium y está preparado para desarrollar facultades. El proceso no es experimentado como enajenante a su concepción del yo pero compatible y consistente con el mismo. Cuando el abrir el cerebro es ego-sintónico no ocurrirá una obsesión.

Los médiums que experimentaron la obsesión visitaron un centro espiritista buscando ayuda para resolver sus problemas. Es allí en un centro espiritista donde aprenden a lidiar efectivamente con la obsesión. Su condición fue interpretada como una indicación de sus habilidades para comunicarse con el mundo espiritual, no como un síntoma patológico que necesita ser removido. El tratamiento se orientó a enseñarle al médium a tener más control sobre el mundo espiritual. Este período se conoce como desarrollo de facultades.

Desarrollo de facultades

El concepto de facultad

De acuerdo a los médiums, la facultad es la capacidad de ser un instrumento o intermediario del mundo espiritual. Todo poder que tenga el médium está basado en su relación con los espíritus. Un médium, tratando de explicarme la naturaleza de la facultad, se comparó con un instrumento musical, un radar y un micrófono. Otro dijo que la facultad le pertenece a los espíritus porque el médium no tiene ningún poder.

Hay varios tipos de facultades. Usualmente los médiums son clasificados de acuerdo a la clase de facultad que tienen. Por ejemplo, aquellos que ven los espíritus se llaman videntes y aquellos que oyen las voces de los espíritus se llaman auditivos. Los médiums sensitivos tienen la facultad de sentir la presencia de espíritus. Usualmente los médiums desarrollan más de una capacidad a medida que van adquiriendo experiencia.

¿Es la facultad una capacidad innata? La mayor parte de los médiums tienden a pensar que las facultades son innatas. Luisa señaló que los médiums nacen con algo diferente en el cerebro. Gela y Ernesto piensan que las facultades están latentes en el momento de nacer.

La noción de facultades innatas adquiere un nuevo significado cuando uno considera el concepto de reencarnación y el de vidas pasadas. Los médiums creen que las facultades no se reciben como regalo sino que son el producto del desarrollo espiritual en vidas pasadas. Aunque algunos médiums consideran que las facultades son un don de Dios, aclaran que trabajaron intensamente para obtenerlas.

¿Porqué algunas personas desarrollan sus facultades y otras no? Algunos médiums consideran que depende de la voluntad de Dios, el tipo de familia y ambiente social y la motivación para desarrollar las mismas. Otros piensan que esto es un gran misterio. Emiliano comparó la facultad con la inteligencia de una persona porque ambas necesitan nutrirse con factores ambientales para poder desarrollarse y crecer. Similarmente, Peruchín declaró que las facultades son innatas pero que el médium necesita conocimiento y educación para poder desarrollarlas.

A medida que las facultades emergen, los médiums en desarrollo se envuelven en un proceso de aprendizaje que se da en un centro espiritista. Desarrollo de facultades es un proceso basado en aprender como controlar y regular la facultad o poder para que pueda ser utilizada en el bienestar de otros.

Educación en el centro espiritista

La reunión espiritista es un evento que envuelve tres procesos que son interdependientes: 1) a los participantes se les ayuda y orienta en relación a sus problemas particulares; 2) se educa a los espíritus ignorantes; 3) y los mediums en desarrollo tienen la oportunidad de aprender una serie de destrezas. Para los médiums en desarrollo la reunión espiritista provee un espacio seguro en el cual pueden explorar el mundo espiritual bajo la orientación de personas que conocen este mundo.

Los médiums se refieren al desarrollo de facultades como un proceso de educación. Por ejemplo, Mayo declaró que el médium que va a desarrollar facultades pasa por un proceso similar al niño que va a la escuela.

Al principio los médiums en desarrollo tienen dudas sobre la realidad de la comunicación con los espíritus. No están seguros de si la información que reciben en la reunión espiritista viene de los espíritus o es creación de sus mentes. Debido a esto tienen miedo de participar en las reuniones. Los médiums que están a cargo de la sesión les piden que no se resistan a compartir lo que han recibido del mundo espiritual. A medida que van obteniendo retroalimentación positiva sobre sus intervenciones, los médiums en desarrollo empiezan a tener confianza en sus facultades.

El desarrollo de facultades consiste de varias destrezas. Primero, los médiums tienen que aprender a discriminar entre los espíritus buenos y los ignorantes basado en el tipo de fluido o vibración que están recibiendo. Esto es esencial en la práctica de la mediumnidad porque el no poder discriminar entre los espíritus puede llevar al médium a seguir las recomendaciones de los espíritus ignorantes. La mayor parte de los médiums describieron los fluidos de los espíritus ignorantes como calientes, pesados y desagradables. El fluido de un espíritu ignorante produce síntomas físicos como dolores de cabeza, estómago y espaldas. Si el espíritu murió de una enfermedad, el médium sentirá los síntomas de la misma. Por el contrario los fluídos de los buenos espíritus son descritos como fríos, placenteros, refrescantes y armoniosos.

Otro paso importante en el desarrollo de facultades es aprender a concentrarse. Los médiums describen esta destreza como ser capaz de olvidarse de las cosas materiales y concentrarse en la reunión. A los médiums se les pide "unión de pensamientos" para que puedan comunicarse con el mundo espiritual. Para facilitar la concentración se utilizan oraciones y música.

Después que el médium aprende a concentrarse y a percibir los fluidos, el médium se prepara para "pasar los espíritus". Ninguno de los médiums en este estudio utilizó la palabra posesión para describir esta experiencia. El concepto de posesión tiene una concepción negativa para ellos porque lo relacionan con el demonio. Para los médiums no es posesión lo que ocurre cuando están en trance ya que tienen control sobre la experiencia y no es el demonio el que se está comunicando.

El pasar un espíritu requiere que el médium aprenda a entrar en trance. Dependiendo del tipo de trance que experimentan, los médiums se clasifican en tres tipos: conscientes, semi-conscientes e inconscientes. Los médiums conscientes son los que recuerdan todo lo que el espíritu ha dicho a través de ellos. Los médiums semi-conscientes recuerdan parte de la comunicación espiritual. Los médiums inconscientes no recuerdan nada o muy poco del mensaje dado por el espíritu a través de ellos.

Algunos médiums prefieren ser inconscientes porque consideran que la comunicación no va a estar contaminada por factores personales y será más válida y confiable. Sin embargo, el ser un médium inconsciente tiene la desventaja de que se tiene menos control del trance y de las expresiones del espíritu. Debido a esto se corre el riesgo de ser manipulado por los espíritus ignorantes.

Los médiums conscientes tienen mayor control sobre la conducta y las expresiones del espíritu pero pueden contaminar la comunicación con sus deseos y sentimientos. Debido a que están conscientes experimentan más dudas en relación a la autenticidad de lo que están recibiendo.

Todos los médiums, sean conscientes o inconscientes, deben aprender a tener control sobre el estado de trance. El desarrollar esta destreza les permite regular los movimientos físicos, el vocabulario del espíritu y la conducta de trance en general. Por ejemplo, el médium debe aprender a no caerse al piso cuando está en trance y a no expresar los impulsos agresivos del espíritu que se está comunicando. Para ejemplificar este punto uno de los participantes contó la historia de un médium en desarrollo que al ser poseído por un espíritu ignorante salió del centro y buscó un cuchillo para matarse.

Otro aspecto importante de la educación de los médiums es la identificación y familiaridad con los guías espirituales. En relación a esto, Juanita expresó: "Un médium tiene que reconocer sus guías como una madre reconoce a sus hijos". Además del guía principal, el médium a medida que va desarrollando facultades puede tener otros espíritus que pueden facilitarle su trabajo.

Otra destreza que deben aprender los médiums en desarrollo es "trabajar las causas" y educar los espíritus ignorantes. Los médiums tienen que aprender a interrogar a los espíritus ignorantes que se comunican a través de otros médiums. Deben también aprender a remover los fluídos negativos que dejan los espíritus ignorantes. Cuando trabaja las causas de otras personas debe tener mucho cuidado porque podría ser afectado por las mismas.

Los médiums en desarrollo deben también interpretar las "evidencias" (revelaciones) que reciben del mundo espiritual. En la reunión espiritista los médiums en desarrollo aprenden a darle significado a las videncias y a compartir este significado con las personas de forma sensitiva. A través de una evidencia un médium puede saber cosas muy privadas de una persona y que no deben ser reveladas en público. Se debe aprender a distinguir entre una evidencia que puede ser compartida y otra que debe mantenerse en secreto. La confidencialidad es un elemento importante en el trabajo del médium.

En general , el desarrollo de facultades es un proceso en el cual el médium aprende a tener control sobre el estado de trance, siendo capaz de comunicarse con los espíritus. Los médiums en desarrollo aprenden a ser receptivos al mundo espiritual e interpretar de forma efectiva las evidencias que reciben.

Principios fundamentales del desarrollo del médium

Nuestro interés en el desarrollo del sanador tradicional nos llevó a examinar los principios que dirigen el mismo. Utilizando el método de historias de vida fuimos descubriendo que la educación de los sanadores tradicionales enfatiza una serie de principios que ellos llaman "desarrollo de facultades". A continuación se describen estos principios:

I. El sufrir como una experiencia que nos capacita para ayudar a otros y facilita la comprensión de sus problemas

El desarrollo de facultades concibe el sufrimiento de una manera positiva debido a que se considera que por medio de este "se fortalece el espíritu" y desarrollamos compasión hacia el sufrimiento de otras personas. Es en este contexto que se habla de las pruebas de la vida y de la importancia de encontrar un significado al sufrimiento. El sufrir es visto como un aspecto fundamental de la vida, el cual nos va fortaleciendo para trabajar como sanadores.

Un dato interesante es que varios sanadores tradicionales reportaron haber sufrido una crisis emocional y durante el proceso de superar esta crisis es que empiezan a desarrollar facultades. Es decir que en el caso de estos participantes el haber sufrido este desequilibrio emocional fue lo que los motivó a elegir la vocación de sanador. Más aún, para resolver su crisis fue necesario comprometerse a ayudar a otros. Este tipo de sanador es lo que se conoce en la literatura como el "wounded healer", porque ha resuelto convertirse en sanador para "curarse" de su problema y resolver su crisis emocional.

Si sabemos que uno de los requisitos más importantes para establecer una relación de ayuda es la empatía, ¿qué medio más efectivo para desarrollarla que haber sufrido? ¿No comprendemos mejor una situación o problema cuando la hemos experimentado en carne propia? Nuestro sufrimiento nos ayuda a ser más compasivos y a establecer relaciones de ayuda más efectivas.

II. Importancia de la dimensión espiritual

Para el sanador tradicional la realidad de una dimensión espiritual o transpersonal está basada en experiencias vividas, no solo en creencias basadas en fé. Para los sanadores los seres espirituales no son conceptos abstractos ni símbolos para explicar la realidad. Ellos pueden ver los espíritus, escuchar sus voces y experimentar su realidad en el trance mediúmnico. Están constantemente interaccionando con la dimensión espiritual, lo que los lleva a integrar esta dimensión a sus vidas.

La familiaridad e intimidad con el mundo espiritual se manifiesta de varias formas en las vidas de los sanadores. Algunos médiums se refieren a sus guías espirituales como amigos y otros piensan que sus guías espirituales fueron sus familiares en otras vidas. Los médiums también se refirieron a sus guías espirituales utilizando el concepto de familia invisible.

Ellos describen que sus guías espirituales les ofrecen orientación y apoyo cuando confrontan una situación difícil. Señalan sentirse con más confianza y poder cuando están acompañados de sus guías espirituales. Se refieren a sus guías espirituales como maestros que los inspiran y motivan a desarrollar su potencial. Los guías espirituales son considerados también como una fuente de creatividad pues a través de ellos los sanadores reciben poemas, canciones y mensajes. Uno de los sanadores reportó haber escrito un libro que fue "dictado" por los espíritus.

Para los sanadores tradicionales una relación auténtica y efectiva con el mundo espiritual provee los recursos necesarios para asistir a otros en sus problemas. Del mundo espiritual es que se obtiene el poder para convertirnos en agentes de ayuda.

III. Orientación de servicio:

El servir a otros es lo que le da significado al desarrollo del sanador. Ellos expresan esta orientación de distintas maneras. Una mujer sanadora llamada Miriam señaló que ella quiere convertirse en una médium de 24 horas y que se acuesta en paz cuando ha ayudado a alguien a ser feliz. Para ella como para otros sanadores ser un sanador es un estilo de vida dedicado a ayudar a la comunidad. Un sanador de 85 años declaró que el continuaría ayudando a las personas hasta el momento de su muerte y añadió lo siguiente: "No necesito ni mis ojos, oídos y manos para trabajar como sanador. Lo que necesito es mi voluntad y deseo de ayudar a otros". Doña Gela en varias ocasiones ha trabajado hasta las dos y tres de la mañana debido a la gran cantidad de gente que busca sus servicios.

Esta misma orientación de servicio es lo que lleva a muchos sanadores a no cobrar por sus servicios o pedir lo que la persona le pueda dar. El modelo de desarrollo de facultades enfatiza que el dinero que reciba el sanador por su trabajo, si alguno, debe ser algo suplementario y no lo debe hacer más rico que a los otros miembros de su comunidad. Dentro de este modelo se refuerza el principio de que los buenos sanadores no cobran por su trabajo porque el poder que ellos tienen es un don que tiene que compartirse gratuitamente. Generalmente, se sospecha de las intenciones de los sanadores que cobran por sus servicios.

V. El desarrollo del carácter es más importante que el aprendizaje de técnicas:

Desarrollo de facultades tiene como principio que el carácter del sanador es el aspecto central del proceso de ayuda. El aprendizaje de técnicas debe ocurrir dentro del contexto del desarrollo del carácter. Los sanadores efectivos no son aquellos que sólo aprenden las técnicas de ayuda sino aquellos que transforman su carácter en el proceso de ayuda. Como uno de los sanadores expresó: "La honestidad es la única técnica que yo utilizo en mi trabajo".

Convertirse en sanador tradicional significa desarrollar características tales como respeto, amor, compasión, honestidad y compromiso con el trabajo de ayuda. Para trabajar como sanador es necesario "preparar el espíritu". Este concepto envuelve el desarrollar cualidades morales y lograr conciencia sobre nuestros defectos y debilidades. De acuerdo a los sanadores hay que preparar el espíritu porque uno no puede dar lo que no tiene. Se necesita cultivar el carácter para aumentar el poder de sanación y la efectividad como agente de ayuda. Un sanador señaló lo siguiente: "De nada vale que te hayas leído todos los libros del mundo, si no te has desarrollado espiritualmente".

Un sanador efectivo es definido mayormente por la presencia de virtudes y cualidades morales. El modelo de desarrollo de facultades considera que los sanadores deben cultivar las siguientes cualidades:

1. Humildad:" No se debe creer que el poder de ayuda le pertenece al sanador." "Uno tiene que ayudar a otros sin pedir que se nos reconozca por ello." "Uno no debe creerse que se lo sabe todo".

2.Honestidad: "Un sanador debe reconocer que a veces es imposible ayudar a alguien."

3.Amor: "El amor hacia la humanidad es la base del desarrollo de facultades. Trata de desarrollar en ti mismo un amor bien grande".

4. Perdón: "Uno tiene que perdonar a aquellas personas que han tratado de causarle daño a uno."

5. Respeto: "El respeto a otros no está basado en lo que tienen sino en lo que son."

6. Tolerancia: "Uno tiene que aprender a no juzgar ni a criticar a otros."

Estos atributos no solo se usan para describir a los buenos sanadores, sino que también representan valores importantes en la cultura puertorriqueña.

Desarrollo de facultades como modelo para preparar profesionales de ayuda recalca la importancia de que el sanador examine su vida y que reflexione sobre las implicaciones morales de su conducta. Sobre este asunto uno de los sanadores manifestó: "La lucha más grande es conmigo mismo, porque al trabajar conmigo puedo ser de ayuda a otros."

VI. Asociación entre el desarrollo de la capacidad de ayuda y la vulnerabilidad:

A medida que el poder del sanador aumenta, éste es más vulnerable a utilizarlo para otros propósitos que no sean el de ayudar. El desarrollo de facultades recalca que el sanador tiene que utilizar sus facultades sólo para hacer el bien o si no se corre el riesgo de perderlas. Los sanadores se enfrentan con clientes que les piden si pueden realizar algún trabajo de brujería y tienen que decidir si es aceptable utilizar sus facultades para hacerle daño a otros. Los sanadores también pueden perder sus facultades si rehúsan ofrecer ayuda a aquellos que la necesitan.

VII. Realidades múltiples

Desarrollo de facultades apoya el paradigma de realidades múltiples en la educación y el desarrollo del sanador (Baron, 1983; Berger, 1977). Este paradigma señala que la realidad ordinaria es una dentro de un número de realidades y estados de conciencia. La educación del sanador tradicional esta basada en una concepción diferente de lo que es la salud mental y lo que es la realidad. La salud mental no se concibe como la capacidad de estar en contacto con la realidad, sino como la capacidad de vivir en un mundo de realidades alternas pero con el control de conectarse con cada una de estas realidades voluntariamente. Relevante a esta discusión es una recomendación ofrecida por Rogers (1980):

Considero que en el futuro nuestras vidas y nuestra educación se basarán en el principio de que hay tantas realidades como personas y que nuestra prioridad es aceptar esta hipotésis y proceder de este punto (pp. 104-105).

VIII. Todas las personas tienen el potencial de convertirse en sanadores

La capacidad de ayudar a otros se considera un don que puede ser desarrollado por cualquier individuo. Aquellas personas que en determinado momento de sus vidas necesitaron ayuda se pueden convertir en el futuro en sanadores debido a que han aprendido a superar sus problemas y pueden compartir lo aprendido con otros. "Desarrollo de facultades" no establece una separación profunda entre sanador y paciente porque se reconoce que estos roles son reversibles. Un sanador comentó lo siguiente: "Yo no entiendo que yo tenga algo especial. Lo mismo que yo tengo lo tienes tú. Yo creo que todo el mundo nace con la misma capacidad. Yo creo que no soy privilegiada".

IX. El sanador es un instrumento a través del cuál se manifiesta la energía de sanación:

El proceso de sanación en el modelo de desarrollo de facultades es básicamente uno en donde se remueve energía negativa del cliente y se intercambia por energía positiva. El sanador es un canal de energía y por lo tanto no es responsable del éxito o fracaso del proceso de ayuda.

El sanador tiene que aprender a controlar la " energía de sanación" para utilizarla de manera efectiva. Tiene que preparar su espíritu para convertirse en un canal de energía de sanación. Los llamados "despojos" se utilizan para eliminar la energía o vibraciones negativas del cliente y a la misma vez impregnarlo con energía positiva. Se concibe la enfermedad como un desequilibrio en el sistema energético del individuo. La responsabilidad del sanador es colaborar en el equilibrio de este sistema.

Implicaciones del modelo "desarrollo de facultades" para la preparación de profesionales de ayuda y las teorías de desarrollo

Las vidas de los sanadores tradicionales nos sugieren principios que no han sido considerados en las teorías de desarrollo humano. Las teorías de desarrollo humano no le han dado énfasis a la relación del individuo con su comunidad y por lo tanto son extremadamente individualistas. En el modelo espiritista el desarrollo del médium está íntimamente ligado al desarrollo de la comunidad.

Las teorías de desarrollo han enfatizado los aspectos psicológicos y cognitivos y le han dado poca importancia a los aspectos espirituales o transpersonales. El desarrollo del médium integra la dimensión espiritual a la vida diaria sin separarla de la material. Es la dimensión espiritual la que le da significado a la vida del médium.

Las teorías de desarrollo han establecido etapas de crecimiento que se caracterizan por ser lineales, unidireccionales y jerárquicas. El modelo espiritista concibe el desarrollo como un proceso en donde las características más sobresalientes son las transiciones y la fluidez. El movimiento en el desarrollo del médium no es solamente hacia más conocimiento y más claridad sino también en algunas ocasiones hacia más confusión, pérdida de facultades, cambio de guías espirituales y mayor vulnerabilidad.

La noción de desarrollo sugerida en el modelo espiritista implica que es a través de la educación y la preparación del espíritu que podemos desarrollarnos en forma plena. Para los sanadores tradicionales educación y desarrollo son conceptos inseparables.

Habiendo examinado los principios contenidos en "desarrollo de facultades" nos preguntamos: ¿Qué podemos aprender de este modelo que nos ayude a preparar mejores profesionales de ayuda? Los principios antes mencionados pueden impartir una nueva perspectiva al adiestramiento de personas interesadas en convertirse en profesionales de ayuda. Consideramos que la actual educación que reciben los profesionales de ayuda carece de una orientación que facilite el desarrollo de destrezas de ayuda. Esta educación enfatiza la dimensión intelectual-cognoscitiva y se olvida del desarrollo espiritual y personal del profesional. Es una educación que recalca el aprendizaje de técnicas de ayuda y se olvida de lo esencial que es el desarrollo del carácter del individuo. Más aún, como producto de esta educación el profesional se convierte en un ser especial y se le separa de su comunidad. En la mayor parte de los casos la educación del profesional de ayuda carece de una orientación de servicio y lo que se enfatiza son los privilegios y distinciones de la profesión.

El desarrollo de facultades contiene unos principios generales que muy bien podrían servir de guía en la preparación de profesionales de ayuda. El currículo de los programas dirigidos a preparar profesionales de ayuda podría fortalecerse si se integraran estos principios en su orientación. Además de un currículo orientado hacia el adiestramiento en destrezas de ayuda es necesario uno orientado hacia el desarrollo del carácter y el cultivo de las facultades del espíritu.

El que varias investigaciones concluyan que los sanadores tradicionales son agentes efectivos de ayuda nos debe estimular a considerar con mayor seriedad el desarrollo de facultades como un modelo del cual podemos aprender para preparar más efectivamente a los profesionales de ayuda.

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