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El mercurio como remedio folclórico

Las botánicas en Puerto Rico representan un tipo de farmacia folclórica para aquellos que utilizan sistemas de ayuda tales como el espiritismo, la santería y el curanderismo (Borrello & Matías, 1977; Delgado, 1979; Garrison, 1982). En las botánicas se pueden obtener las recetas recomendadas por sanadores folclóricos (curanderos, médiums espiritistas, santeros) para tratar una gran variedad de problemas. Como sistema natural de apoyo, la botánica puertorriqueña cumple una función importante al proveer alternativas de ayuda para aquellos que creen en la efectividad de los métodos tradicionales (Borrello & Matías, 1977; Delgado, 1979; Fisch, 1968).

La efectividad y el valor psico-social de estas prácticas folclóricas de ayuda ha sido documentada en varias investigaciones (Garrison, 1977; Harwood, 1977; Koss, 1980; Morales Dorta, 1976; Núñez Molina, 1987, 1989, 1990; Ruiz, 1979; Singer, 1984). Sin embargo, tenemos que también considerar los posibles elementos anti-terapéuticos de estas prácticas. El sanador folclórico puede hacer intervenciones anti-terapéuticas tales como realizar diagnósticos incorrectos y contradecir aquellos diagnósticos dados por profesionales de la salud; orientar a sus clientes para que no usen los medicamentos recetados; no referir cuando así sea necesario y recetar substancias que podrían ser detrimentales a la salud del cliente (De La Cancela & Zavala, 1983; Núñez Molina, 1991). Es esta última intervención la que nos interesó estudiar debido a que estudios exploratorios realizados por Santos y García (1991) y Wendroff (1991a, 1991b) encontraron que en varias botánicas puertorriqueñas se vende mercurio para que se utilice como elemento esencial de rituales folclóricos de ayuda. El mercurio se conoce en las botánicas como azogue. Esta práctica pudiera representar una fuente de intoxicación por mercurio que no ha sido evaluada de manera sistemática hasta el presente.

Los objetivos específicos de este trabajo fueron los siguientes:

1. Desarrollar un inventario de las botánicas que existen en Puerto Rico. Esto es necesario debido a que se carece de información sobre la cantidad de botánicas establecidas en la Isla, sus direcciones y los productos que se venden en las mismas.

2. Determinar el número de botánicas que venden mercurio mediante entrevistas, cuestionarios y observación partícipe.

3. Entrevistar a sanadores tradicionales con el propósito de identificar los usos folclóricos del mercurio.

La investigación más relevante para nuestro estudio es una encuesta telefónica dirigida a identificar el número de botánicas que venden mercurio en los Estados Unidos (Wendroff, 1991a). Este estudio encontró que de 116 botánicas encuestadas, 100 de ellas venden mercurio (se obtuvieron datos de solo ocho botánicas en Puerto Rico). Además, varios dueños de botánica recomendaron formas de utilizar el mercurio que podrían ser altamente contaminantes del ambiente tales como rociar el suelo con mercurio, mezclarlo con perfume o usar la cápsula de mercurio como un amuleto. Más aún, las cantidades de mercurio que se venden en las botánicas exceden los límites de exposición crónica al vapor de mercurio (Mills, 1990).

¿Qué sabemos en Puerto Rico sobre la venta de mercurio en las botánicas? No conocemos de ningún estudio que se haya publicado al respecto, lo cual hace imperante iniciar esfuerzos para evaluar el grado en que esta práctica folclórica está afectando la salud del puertorriqueño. Sabemos muy poco sobre las implicaciones de la venta de mercurio en las botánicas. Sin embargo, existe una necesidad de que se evalúe de manera sistemática esta práctica folclórica.

Antes de comenzar a discutir los resultados de nuestro estudio, presentaremos una revisión de literatura que incluye la historia del mercurio, sus usos en la medicina y la industria y las investigaciones realizadas en torno a este metal.

Historia y propiedades del mercurio

El mercurio es un elemento químico que a temperatura ordinaria es un metal líquido de color plateado. El símbolo del mercurio es Hg que se deriva de la palabra griega hydrargyros, la cual significa “agua plateada” (Goldwater, 1972). Los romanos llamaron al mercurio “Argentum Vivum”, que significa “Quick Silver” o “plata líquida” debido a que era el único elemento conocido que era líquido a temperatura de ambiente.

El mercurio es conocido desde la antigüedad y ha sido utilizado por casi todas las culturas. Se le han atribuido poderes mágicos tanto para hacer el bien como para hacer el mal (Goldwater, 1972). Se le consideró también como una de las maneras de protegerse del “mal de ojo”. Se creía que podía prevenir enfermedades tales como reumatismo, disentería y cólicos. Aristóteles recomendaba este elemento diluido con saliva para tratar ciertas enfermedades de la piel. En algunos lugares los agricultores lo usaban para producir mejores cosechas.

En la India se pensó que el mercurio era un afrodisíaco muy efectivo. Por lo tanto, consumían grandes cantidades del elemento con la esperanza de recuperar o aumentar su vitalidad sexual. Los árabes usaban el mercurio como parte esencial en medicamentos para tratar enfermedades de la piel. Los italianos adoptaron estas ideas y usaron el mercurio como tratamiento en contra de los piojos y la sarna (D’itri y D’itri, 1977) (Sunderman, 1988).

La historia del mercurio en la farmacología es muy extensa. Con el paso del tiempo el mercurio fue adquiriendo legendarios poderes mágicos que se extendieron a la medicina y se comenzó a usar como tratamiento para la sífilis (Sunderman, 1988). El mercurio fue también utilizado para tratar enfermedades de los ojos y la sangre. Más tarde se pensó que era peligroso consumir un elemento tan pesado, por lo que se recomendó su consumo diluído con vino o leche (D’itri y D’itri, 1977).

En la Edad Media comienzan a identificarse los efectos adversos del uso de mercurio. Muchos de los trabajadores de las minas de mercurio en España se enfermaron gravemente o murieron de intoxicación. Algunas de las personas tratadas con medicamentos a base de mercurio, sufrían de salivación anormal, descontinuándose este tipo de tratamiento por esa razón (D’itri y D’itri, 1977).

En la Edad Media, Paracelsus fue el primer hombre que intentó explicar los efectos adversos del mercurio en el ser humano. El pensó que lo peligroso del mercurio era aplicarlo externamente y que ingerirlo no haría daño pues el cuerpo lo eliminaría en forma de sudor, excreta u orina. Otros mercurialistas recomendaban el uso del elemento en forma de ungüentos, ingerido y hasta inhalado. A corto o largo plazo, el enfermo empeoraba y se hacía susceptible a otras enfermedades que podían causarle la muerte.

En el siglo 16, se fueron conociendo otros efectos adversos del mercurio, y comenzó a disminuir su uso. Para el año 1557, el francés Jean Fernel fue el primero en describir los síntomas y signos del envenenamiento con mercurio. Para ese entonces, el mercurio era utilizado en la medicina como antidiurético. El mercurio fue la primera substancia en ser objeto de legislación para controlar las enfermedades que causaba (Goldwater, 1972).

Metodología

Etnografía / Observación Partícipe.

Esta metodología consistió de las siguientes tareas: establecimiento de una relación de empatía con dueños y operarios de las botánicas, sanadores folclóricos y usuarios de los productos de las botánicas; visitas a centros folclóricos de ayuda y botánicas; observación y participación directa e indirecta de eventos y actividades relacionadas con los objetivos de este estudio; entrevistas informales con participantes capacitados y sanadores.

Inventario de Botánicas

A pesar de la importancia de las botánicas no se conoce su número, tipo de infraestructura, teléfono, localización, servicios ofrecidos, productos, modo de operación, relación con la clientela y características de la clientela. Este inventario, pueblo por pueblo, se realizó usando la guía telefónica, visitas a la plaza y centro del pueblo, a las botánicas más prominentes, y entrevistas informales a personas conocedoras para generar a su vez un listado de las mismas. El instrumento (lista de preguntas /cuestionario) del inventario se acompañó de un protocolo de observaciones para describir las características de las botánicas, y cuán inconspicuas son al público. Este inventario incluyó una lista de preguntas sobre productos y servicios en las que incluiremos el mercurio (o azogue, como se le conoce popularmente) y sus formas conocidas para detectar su presencia.

Entrevistas a Sanadores Folclóricos

Para lograr una visión holística del proceso que interesamos, entrevistamos a 24 sanadores folclóricos (espiritistas, santeros, curanderos) con los que establecimos relación directa. Son estas personas las que “recetan” y recomiendan una serie de productos que proveen las botánicas. En ocasiones, los encargados de las botánicas no tienen conocimiento amplio de los efectos de los productos. Por lo tanto, los sanadores son el vínculo crucial entre la botánica, el producto y la clientela. El instrumento que se utilizó con los sanadores fue una entrevista con preguntas abiertas relacionadas a los usos folclóricos del mercurio.

Programa de trabajo

La primera fase del estudio consistió en realizar un estudio etnográfico de 15 botánicas. Con este propósito diseñamos una guía de entrevista en donde se incluyeron aspectos tales como concepción que tiene el dueño sobre su negocio; historia del negocio; servicios que se ofrecen; productos que se venden y tipo de clientela . Como parte de esta entrevista a los dueños de botánica, se desarrolló una lista de productos y se les preguntaba por sus usos y cuán bien se vendían los mismos. Con esta información se comenzó a desarrollar el inventario de botánicas.

En la segunda fase del estudio se decidió visitar las botánicas no en el rol de investigadores, sino en el de clientes. Queríamos determinar si en realidad en las botánicas no se estaba vendiendo el mercurio como fue reportado por los dueños. Por último, realizamos entrevistas con sanadores folclóricos (espiritistas y santeros) con el objetivo de conocer si éstos recetaban el mercurio y cómo lo recomendaban.

Resultados

Uno de los objetivos de esta investigación fue desarrollar un inventario de las botánicas que existen en Puerto Rico. Al presente, hemos identificado 132 botánicas que están localizadas en 74 pueblos de Puerto Rico . Esta información ha sido recopilada mediante visitas a diferentes pueblos y llamadas telefónicas. Un dato interesante es que en veinticuatro pueblos no existen botánicas (Adjuntas, Aguas Buenas, Barranquitas, Ceiba, Ciales, Cidra, Comerio, Culebra, Las Marías, Luquillo, Maricao, Maunabo, Moca, Morovis, Naguabo, Naranjito, Orocovis, Rincón, San Lorenzo, Santa Isabel, Toa Alta, Trujillo Alto, Vieques y Villalba). La mayor parte de estos pueblos están localizados en el centro de la Isla. Durante el proceso de realizar el estudio encontramos que varios dueños de botánicas han comentado que debido a que no están vendiendo lo suficiente están pensando cerrar el negocio.

En general, los pueblos que tienen el mayor número de botánicas se encuentran en la costa: Ponce (14), San Juan (13), Mayagüez (10), Caguas (7), Arecibo (5), Cataño (5) y Coamo (5). Esto podría deberse al hecho de que tanto la santería como el espiritismo son más populares en los pueblos de la costa.

Otro de los objetivos del estudio fue determinar cuántas botánicas están vendiendo mercurio a pesar de que el Departamento de Salud prohibiera su venta. De un total de 76 botánicas visitadas en el rol de clientes que estaban interesados en comprar mercurio, se encontró que 31 de ellas lo venden (41%). Si consideramos que la venta de mercurio está prohibida y se multará aquellos que lo vendan, este por ciento es bastante significativo. Si tenemos en cuenta que el mercurio es un metal altamente tóxico y que está disponible a las personas en diferentes pueblos, esto representa una situación extremadamente delicada. Además, algunos dueños de botánicas que no tienen mercurio disponible le recomiendan a sus clientes que compren termómetros o que vayan a otra botánica que tiene a la venta mercurio (7 botánicas).

Las botánicas usualmente venden el mercurio en cápsulas de gelatina. El precio promedio por el cual se vende una cápsula de mercurio es de $2.00. Sin embargo, hemos comprado cápsulas de mercurio por $5.00. El precio del mercurio aumentó significativamente después de que el Departamento de Salud prohibiera su venta en las botánicas. Anterior a esta regulación la cápsula de mercurio se podía comprar por 75 centavos. La cantidad promedio de mercurio que se vende es de aproximadamente 8 gramos, una cantidad sigificativa si consideramos que un termómetro tiene alrededor de .70 gramos.

Entrevistas con dueños de botánicas sobre el azogue

La mayor parte de los dueños de botánica manifestaron resistencias a hablar sobre el azogue y conocían que su venta está prohibida. El 92% negó que tuviera disponible azogue para la venta. Como se mencionó anteriormente, al visitar estas botánicas como clientes, se encontró que un por ciento significativo de las mismas tiene disponible el mercurio.

En nuestro estudio encontramos que los dueños de botánica pueden ser clasificados tomando en consideración su conocimiento y actitudes sobre el mercurio:

I. Aquellos que conocen que está prohibido vender el mercurio porque puede hacerle daño a la persona. Estos dueños no tienen mercurio a la venta y le señalan a sus clientes que la venta de mercurio se ha prohibido porque el mismo es peligroso para la salud. En nuestro estudio alrededor de la mitad de los dueños de botánica caen en esta categoría.

II. Aquellos que conocen que está prohibido vender mercurio pero continúan vendiéndolo a sus clientes. Estos tampoco orientan a las personas sobre como utilizar el mercurio de una manera que no sea tóxica para el organismo. Podríamos especular que estas personas continúan vendiendo mercurio porque no están convencidos de que el mercurio es tóxico o que debido a que les interesa venderlo no les importa los efectos que pueda tener el mismo en la persona.

III. Existen dueños de botánica que venden mercurio conociendo su potencial tóxico pero lo hacen debido a que creen que si se usa de cierta manera el mercurio no hará daño. Estos tienden a orientar a la persona sobre el potencial tóxico del mercurio. Por ejemplo una dueña de botánica comentó lo siguiente:

En una ocasión un cliente vino a mi negocio con una receta que decía que la persona se tenía que tomar una cápsula de azogue. Yo le dije que tenía el azogue pero que no se lo podía vender porque si ella se tomaba eso se iba a morir. En otra ocasión vino una señora y me contó que se había tomado una cápsula de azogue. Yo le dije que eso era un veneno, que debía tener cuidado. Yo oriento a mis clientes sobre los peligros del mercurio.

Esta señora también nos comentó que para llenar las cápsulas de mercurio utilizaba guantes.

IV. Existen dueños de botánicas que no tienen mercurio a la venta pero le recomiendan a los clientes que se compren un termómetro y lo rompan para de esta manera obtener el mismo. Esta práctica nos parece altamente peligrosa debido a que de esta manera el mercurio puede caer en los pisos y alfombras, convirtiéndose en un peligro para los niños de ese hogar.

V. Otros dueños de botánicas que no tienen mercurio a la venta refieren a sus clientes a otras botánicas en donde se puede conseguir el mercurio.

Como se puede observar la regulación legal de la venta de mercurio no ha resuelto el problema debido a que este metal se puede conseguir a través de toda la Isla. Un grupo significativo de dueños de botánicas no conocen que el mercurio es un metal altamente tóxico.

Entrevistas con sanadores folclóricos sobre el azogue

Se entrevistaron un total de 24 sanadores folclóricos con el propósito de identificar si conocían el mercurio, cómo lo utilizan en sus prácticas y de qué manera recomiendan su uso. Con este propósito desarrollamos una guía de entrevista. Estos sanadores viven en la zona oeste de Puerto Rico. De éstos, 14 son mujeres y 10 son hombres.

Todos los sanadores reportaron conocer el azogue con la excepción de dos de ellos, los cuales mencionaron que habían oído hablar del azogue pero que no sabían para que se usa.

Muy pocos sanadores saben que el azogue es peligroso y/o está prohibido. Cuatro sanadores señalaron que estaba prohibido vender azogue y 6 sanadores mencionaron que era peligroso para la salud.

Se encontró que el azogue se utiliza de maneras muy variadas. Los usos más comunes que le dan estos sanadores al mercurio es para recoger las influencias negativas (7 menciones) y atraer la buena suerte (6). También, el azogue es recetado para sanar enfermedades (5), atraer a un enamorado(4), para hacer el mal (5) y para obtener protección espiritual (4). Además, mencionaron que el azogue se puede usar para fortalecer el cuerpo (3), y separar a las personas (1). A continuación se describen las recetas que los sanadores recomiendan para cada uno de estos propósitos:

I. Para la buena suerte

A. Se echa azogue en una fuente de agua con algunas monedas.

B. Se echa azogue en una bolsita con una monedita.

C. Se pega azogue a dos pesos gordos y se lleva siempre consigo.

D. Se pega azogue entre dos chavitos prietos, se enrollan en una cinta adhesiva y se lleva en la cartera.

E. Poner una cápsula de azogue en un amuleto o colgarla de una cadena.

F. Echar una cápsula de azogue en el agua para bañarse.

G. Echar piedra de imán, azogue, polvo de oro y plata en una fuente de agua.

H. Echar miel de abeja, perfume de angel de la guarda, y alcoholado en un potecito.

II. Para alejar lo malo (para protección)

A. Tomar una cápsula de azogue mezclada con agua bendita.

B. Tomar una cápsula de azogue antes de salir para algún lugar donde vayas a comer y piensas que la comida pueda estar envenenada.

C. Quemar azogue en una vela.

D. Rocear azogue por la casa.

E. Lavar la casa con azogue para purificarla.

F. Mezclar azogue con alcanfor para alejar los malos espíritus.

G. Poner azogue debajo de la cama

H. Se echa pazote, yerbabuena y azogue en un potecito. El potecito se pone en una bolsita roja (guardacuerpo).

I. Echar alcanfor y azogue en una fuente de agua.

J. Mezclar el mercurio con hierbas y corales. Además, sugieren que se mezcle con agua para lavar los pisos y así liberar el hogar de malas influencias.

Es necesario apuntar que en la literatura revisada se hace mención a este uso del azogue. Acevedo (1989) en su libro !Que tiempos aquellos!, en el cual describe la sociedad puertorriqueña a principios de siglo, hace referencia al azogue cuando habla de la medicina folclórica de aquel tiempo. Por ejemplo, Acevedo describe la función del azogue para hacer “guardacuerpos”:

Los guardacuerpos eran unos potecitos de cristal pequeñitos y de forma achatada. Estos potecitos se amarraban con un cordón, de la cintura, por debajo de todas las ropas que vestía la persona, cosa que nadie pudiera verlos porque de lo contrario perderían su efectividad. Cada potecito, el cual se tapaba con mucha diligencia con un taponcito a presión, de corcho, contenía hojas de ruda, yerba buena, cabellos de no sé qué animal, pero ellos decían que eran del rabo de un gato negro; un pedacito de carne, que decían que era de corazón de paloma negra; varios alfileres y una o dos gotas de azogue. El líquido no se qué era ni se debía averiguar, pero aquellos decían que era agua bendita ligada con agua del mar (p.171-172).

III. Para tratar enfermedades

A. Diluir una cápsula de azogue en agua y tomárselo.

B. Tomar una cápsula de azogue para inflamación, problemas del estómago o golpes internos.

C. Se le da un baño a la persona con una mezcla de leche de vaca, leche de coco, leche de cabra y azogue.

D. Para el tratamiento de la artritis, se echa azogue en una botella de alcoholado y se frota en el área afectada.

E. Mezclar azogue con agua bendita para tratar problemas del estómago.

En la literatura de medicina tradicional se habla sobre los beneficios medicinales del azogue. Por ejemplo, Pompa (1979) en su libro Medicamentos Indígenas describe los siguientes usos del azogue: tratamiento de enfermedades venéreas, diarreas, pujos, lombrices, sarna y empeines.

IV. Para atraer a un enamorado/a

A. Poner una cápsula de azogue en un vaso con agua. Echar en el vaso un papel con el nombre de la persona que le interesa.

B. Mezclar una cápsula de azogue, esencia vente conmigo y una piedra de cuarzo rosado. Echar esta mezcla en un pedazo de tela roja, con un retrato de la persona que te interesa pegado a la tela. Llevarlo siempre en la cartera.

C. Para atraer el amor se recomienda que se ponga mercurio en un vaso cerca de una vela para que se evapore rápidamente con el calor de ésta.

V. Para fortaleza física

A. Tomar una cápsula de azogue.

B. Para aumentar la virilidad en el hombre se recomienda que se mezcle el mercurio con cerveza y se ingiera.

VI. Para atraer el bien

A. Echar unas gotas de azogue en una palangana.

VII. Para hacer el mal (brujería)

Cinco sanadores mencionaron que el azogue se usa para hacer el mal. Sin embargo, no dieron mayores detalles de como se utiliza en este caso. Una sanadora solo nos mencionó que para hacer el mal “el azogue se mezcla con otras cosas”.

Acevedo (1989) describe un trabajo de brujería en el cual se utilizó este metal:

Después de lo cual, la Doña Tomasa se acercó al hoyo y extrajo del mismo un frasco el cual contenía un líquido color verde aceituna, una lombriz de tierra muerta , un mazo de pelo, un pedazo de carne, agujas, yerbas, azogue y otras gusarañas (p. 176).

Garrido (1952) en su libro Esotérica y fervor populares de P.R., cita a una persona que señala que el azogue es una sustancia que se usa para hacer ir a una persona del sitio que uno quiere. Similarmente, uno de los participantes de este estudio señaló que el azogue sirve para “espantar a los vecinos”.

No es necesario visitar a un sanador folclórico para obtener estas recetas debido a que encontramos algunas de ellas en dos libros de santería (González-Wippler, 1976; Núñez, 1992)

Los sanadores expresaron que el azogue se puede utilizar de varias formas. El ingerir la cápsula de azogue fue la forma que se mencionó más frecuentemente (4). Cuatro sanadores declararon que el azogue se puede ingerir y tres han tomado azogue. Esto se hace mayormente con el propósito de sanar enfermedades (problemas del estómago, inflamaciones de órganos internos) o para evitar algún tipo de mal. Por ejemplo, un sanador dijo que el azogue es bueno para tratar el cáncer. Una sanadora mencionó que al iniciarse en el espiritismo le habían dado a tomar mercurio con agua bendita. Esto se hizo con el propósito de que “nunca le entrara lo malo”. Otra sanadora señaló que el azogue se debe tomar antes de ir a un lugar donde vayamos a comer y pensamos que la comida está envenenada. Dos sanadores mencionaron que el “azogue vivo” se toma para “tener fuerza, para caminar lejos o estar siempre haciendo algo”

El azogue también se usa en fricciones y masajes. Se recomienda mezclarlo con alcoholado y friccionar la parte afectada en casos de artritis.

Además, el azogue se utiliza de otras maneras tales como las siguientes: se echa en el agua con la cual la persona se vaya a bañar; se rocea el piso con el mismo y se carga en la cartera. Todas estas maneras de utilizar el mercurio son potencialmente tóxicas, siendo tal vez la más peligrosa el rocear el piso con este metal.

Un dato interesante es que entre los 24 sanadores entrevistados, cinco admitieron haber usado el azogue. Una sanadora nos dijo que ella pone el azogue en una bolsita para protegerse del mal. Tres sanadores han tomado azogue con el propósito de adquirir fuerza o protegerse del mal.

De los datos recopilados a través de las entrevistas con sanadores podemos concluir lo siguiente:

1. El azogue es conocido y recetado por la mayor parte de los sanadores. Muy pocos de ellos conocen que está prohibido vender azogue en las botánicas.

2. El azogue tiene una gran variedad de usos folclóricos.

3. Considerando las formas en que los sanadores recomiendan usar el azogue, existe la posibilidad de que los usuarios corran el riesgo de intoxicarse.

La botánica como sistema de apoyo natural

Por otra parte, las entrevistas que se han realizado con los dueños de botánica proveen información muy valiosa en relación a la botánica como sistema de apoyo natural. Las botánicas son utilizadas por un porciento significativo de la sociedad puertorriqueña. Cumplen funciones sociales, económicas y terapéuticas importantes en la comunidad de usuarios. Su nombre evoca usos de fármacos y sustancias naturales, y su contexto implica tradiciones de curación y medicina popular. Las personas acuden a estas tiendas en busca del incienso que traiga “buenas influencias”, tratando de conseguir el amuleto que mejore la suerte; en busca de un brebaje que prepare el camino para conseguir el amor de alguna persona o detrás de la planta que pueda curar una enfermedad. Como sistema de apoyo natural , la botánica puertorriqueña cumple una función importante al proveer alternativas de ayuda para aquellos que creen en la efectividad de los métodos folclóricos (Borrello & Matías, 1977; Delgado, 1979).

Varios dueños de botánica funcionan como consejeros de sus clientes debido a que ofrecen apoyo emocional y social a sus clientes. Con una frecuencia significativa los dueños de botánicas se identificaron con este rol. Por ejemplo, una dueña de botánica nos describió el siguiente caso:

Tuve un caso que me tocó bien intímamente. Fue el caso de una muchacha de 15 años , paciente de SIDA. La muchacha acudió a mi buscando paz espiritual pues su enfermedad la tenía tan agobiada que no encontraba su paz en ninguna parte. Tuve la satisfacción de ser la persona escogida para darle ese apoyo y estímulo necesario para aceptar su futuro con resignación. Un día me dijo que gracias a mi ayuda estaba conforme con su suerte y que ya no le temía a la muerte. Me contó que había tenido un sueño donde se encontró en un lugar bellísimo y de mucha paz, pero escuchó una voz que le dijo que su tiempo para descansar no había llegado aún. La muchacha se sentía tan bien conmigo que el día que murió hizo que me buscaran para que la acompañara. Te diré que fui yo quien la vio morir, murió en mis brazos. Fue un caso bien significativo para mí.

Otro dueño de botánica nos relató cómo ayudó a un cliente que tenía problemas económicos:

Una señora vino a la botánica pidiendo ayuda porque tenía muchos problemas económicos. Me dio pena porque en realidad parecía ser una persona muy necesitada. La señora me pidió un número y yo se lo di. Al poco tiempo regresó muy contenta dándome las gracias porque se había pagado con el número que le di.

El cliente que visita una botánica lo hace por razones tales como comprar un producto que le mejore la suerte, tratarse una enfermedad, resolver problemas matrimoniales o para librarse de un trabajo de “brujería”.

A pesar de que existe un grupo de dueños de botánica que funcionan como sanadores, existen otros que se limitan a despachar los productos y no creen en la efectividad de los mismos. Para estas personas la botánica es meramente un negocio con el cual ganarse la vida. Estos dueños no creen en el espiritismo ni en la santería. Su motivación para abrir la botánica fue una exclusivamente económica.

Algunos dueños de botánica le atribuyen la efectividad de los productos a la fe que la persona ponga en ellos. Estos nos confesaron que la mayor parte de los productos que venden son sencillamente “unas aguas con colores”.

La mayor parte de los clientes que llegan a las botánicas traen recetas recibidas de los sanadores folclóricos. Los clientes vienen a las botánicas buscando el producto que le ha recomendado el sanador.

Además de vender productos, algunas botánicas ofrecen servicios de consultas espirituales para clientes necesitados. Usualmente estas consultas son ofrecidas en un cuarto dentro de la botánica que ha sido diseñado para ese propósito. Generalmente, la persona que ofrece estas consultas es un médium espiritista o santero.

Las botánicas tienen disponibles una gran variedad de productos . De acuerdo a los dueños, el producto que más se vende son las velas. También, tienen gran salida los productos necesarios para los baños espirituales.

Discusión

En 1991 el Departamento de Asuntos al Consumidor emitió una orden prohibiendo la distribución y venta de cápsulas de mercurio. DACO intervino particularmente con los distribuidores de mercurio en Puerto Rico: Mardo Distributing y Crusader Enterprises. Los presidentes de estas compañías fueron citados a una vista y ambos negaron haberle vendido cápsulas de mercurio a dueños de botánicas. Se acordó imponer una multa de $10,000 a aquellas personas que violasen la orden.

Esta orden emitida por DACO se basó en una visita a una botánica que realizó un inspector del Departamento de Salud. En esta botánica el inspector compró dos cápsulas de mercurio. Estas cápsulas fueron analizadas por el Departamento de Salud y se encontró que el contenido de las mismas poseía las propiedades físicas y químicas del mercurio.

A pesar de esta orden, y de que los dueños de botánicas están al tanto de esta situación, en esta investigación se encontró que un por ciento significativo de botánicas continúa vendiendo cápsulas de mercurio.

Puerto Rico no es el único país en el cual las personas pueden comprar mercurio en las botánicas. Las botánicas de Nueva York, Connecticut y California también tienen a la venta este producto (Zayas & Ozuah, 1996). En una encuesta telefónica realizada en 13 ciudades de los E.U. se encontró que de 115 botánicas, 99 de ellas venden mercurio. Además, se ha encontrado que se vende mercurio en Colombia, la República Dominicana y México (Wendroff, 1991b). En una visita a la República Dominicana, visité una botánica y pedí azogue. La respuesta obtenida fue: ¿Cuántas libras desea? En Estados Unidos no han prohibido la venta de mercurio, pero si han empezado a educar a los dueños de botánicas y a la población hispana sobre los peligros del mismo. Se considera que prohibir la venta del mercurio puede atentar contra la libertad religiosa de los individuos.

Por otra parte, Geffner & Sandler (1980) reportaron que el mercurio es utilizado por los mejicanos como un remedio folclórico para tratar el empacho. Llegaron a esta conclusión al tratar a dos niños que sufrían de gastroenteritis y sus padres le habían dado a ingerir mercurio. El empacho es definido como un bolo de comida que se pega a las paredes del estómago y/o los intestinos (Geffner y Sandler, 1980; Trotter, 1985). Los síntomas característicos de esta condición son: descomposición estomacal, náuseas, pérdida de apetito, dolor de estómago, diarreas, vómitos y fiebre. En los niños pequeños es común el llanto y la irritabilidad (Geffner y Sandler, 1980). Las comunidades mejico-americanas usan el azogue como remedio folclórico o casero para curar el “empacho”. Según Trotter (1985), se ha encontrado que dichas culturas también utilizan otros remedios conocidos como greta y azarcón para tratar este padecimiento. Greta y azarcón son compuestos que contienen plomo y al igual que el azogue son altamente tóxicos (Trotter, 1985).

Se han reportado casos de niños gravemente intoxicados como consecuencia de haberles administrado azogue para curar el “empacho”. En éstos casos el mercurio fue administrado por vía oral (Geffner y Sandler, 1980). Estos niños, al ser llevados al hospital y sometidos a tratamiento, comenzaron a evacuar las cantidades de mercurio que habían ingerido. La peligrosidad en estos casos estriba en que el cuerpo absorba azogue. Si esto sucede puede causar daño a los pulmones, riñones, hígado y cerebro, entre otras cosas (Geffner y Sandler, 1980). También, Trotter (1985) en estudios realizados sobre el curanderismo mejicano ha descrito el uso de un remedio folclórico para tratar el empacho que produce envenenamiento por plomo.

En Puerto Rico, el Dr. Dominguez, del Departamento de Salud, ha estado estudiando un caso de envenenamiento de mercurio en una escuela de Luquillo. Un niño llevó mercurio a la escuela y lo vendió a sus compañeros. Estos empezaron a jugar con el mercurio y se intoxicaron, teniendo que ser llevados al hospital. Al ser cuestionado sobre donde consiguió el mercurio, el niño dijo que lo había encontrado cerca de su casa. Sin embargo, Dominguez sospecha que sus padres podrían haberlo estado usando para rituales folclóricos relacionados a la santería (Dominguez, comunicación personal).

Implicaciones

Los resultados preliminares del estudio sugieren que es necesario intervenir no tan solo mediante leyes que regulen la venta del mercurio, sino también desarrollando un programa educativo dirigido a propietarios de botánicas y usuarios del mercurio. Esperamos poder atender esta necesidad en un futuro cercano.

Es necesario crear conciencia en la comunidad sobre los peligros que representa a la salud el uso del mercurio. Esta orientación debe dirigirse a los sanadores folclóricos, dueños de botánicas y comunidad en general. Estos grupos no parecen, en su mayoría, conocer el potencial tóxico del mercurio. Esto implica que es necesario desarrollar un programa de orientación culturalmente relevante. Este programa de orientación debe incluir actividades tales como las siguientes:

1. Desarrollar material informativo sobre el mercurio y sus efectos tóxicos.

Este material informativo debe incluir una hoja en donde se explique lo que es el mercurio y sus efectos tóxicos. Debe llevarse a las botánicas y pedirle a sus dueños a que accedan a ponerlo en alguna parte visible de su local.

2. Llevar a cabo reuniones de orientación con dueños de botánica y sanadores folclóricos.

Estas reuniones pueden servir de foro para compartir ideas y conocer de manera más precisa la posición de los sanadores folclóricos. Podrían también ser útiles para explorar alternativas al uso del mercurio. Es muy probable que los sanadores folclóricos conozcan productos que sirvan para sustituir el mercurio. En nuestro trabajo encontramos que como sustitutos del mercurio algunos dueños de botánica recomiendan el precipitado rojo.

3. Utilizar los medios de comunicación (radio y televisión) para orientar a la comunidad sobre los peligros del uso del mercurio.

Consideramos esencial impartir información sobre el mercurio a través de programas de televisión y radio. Esto facilitaría el que la comunidad conociera los peligros a los cuales están expuestos cuando usan el mercurio.

Es importante identificar usuarios del mercurio y realizar evaluaciones con los mismos para determinar los grados de intoxicación. Estos estudios podrían llevarse a cabo en centros de salud a través de toda la Isla. Este tipo de encuesta nos permitiría tener una idea clara del potencial tóxico del mercurio en la comunidad de usuarios.

También, es necesario realizar evaluaciones de intoxicación en las botánicas en donde se venda o se haya vendido el mercurio. Es probable que el ambiente de estas botánicas esté contaminado y los dueños de botánica estén expuestos a intoxicación por mercurio.

Con todo esto queda evidenciado la necesidad de más investigación que conduzca a la acción y el bienestar del individuo. Con este trabajo esperamos haber sentado las bases para posibles intervenciones que redunden en el beneficio de todos.

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