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Funciones terapéuticas y preventivas de los sistemas folclóricos de ayuda

… la psicoterapia es meramente un caso especial de una gran variedad de fenómenos terapéuticos que existen de forma natural en la sociedad. Será una tarea importante en el futuro descubrir sus características y ponerlas a trabajar de forma efectiva (Bergin, 1971, p. 246).

… el psicoterapista moderno … se basa en gran manera en los mismos mecanismos psicológicos usados por el curandero, el chamán, el médico, el sacerdote y otros, y los resultados parecen ser substancialmente similares. (Strupp, 1972, p. 273)

Varias investigaciones han concluido que los sanadores folclóricos están ofreciendo ayuda efectiva a la comunidad puertorriqueña (Garrison, 1977a, 1977b; Harwood, 1977; Singer, 1984; Morales Dorta, 1976; Koss, 1992). La pregunta que podemos hacernos es: ¿Cómo podemos explicar la efectividad de los sanadores folclóricos? Una forma de explicar la efectividad del sistema folclórico de ayuda es comparando sus intervenciones con la de sistema profesional de ayuda. La segunda manera de explicar la efectividad de los sanadores folclóricos toma en consideración las explicaciones que ofrecen los practicantes de estos sistemas. Estas explicaciones recalcan la necesidad de considerar la dimensión espiritual y transpersonal para entender la efectividad de los sanadores tradicionales. A continuación discutiremos ambos tipos de explicaciones.

Explicaciones de naturaleza psicosocial

Las intervenciones de los sanadores son congruentes con las expectativas de sus clientes

“El éxito terapéutico depende en parte de la congruencia entre las expectativas que el paciente trae y lo que realmente ocurre” (Frank, 1991, p. 145)

Una de las razones que se ha ofrecido para explicar la popularidad de las prácticas folclóricas entre los puertorriqueños es que este sistema satisface las expectativas que éstos tienen en relación al proceso de ayuda. Frecuentemente, los sanadores folclóricos ofrecen consejos, recomendaciones específicas y se envuelven activamente en el tratamiento. El sanador no permite que el cliente se vaya sin antes ofrecerle una receta que podría incluir teces y baños. De esta forma, el sanador y su cliente comparten expectativas similares porque se ha encontrado que los consejos y los medicamentos son los tratamientos preferidos por los puertorriqueños (Gavira & Wintrob, 1979).

Además, un grupo significativo de puertorriqueños no cree que pueden resolver sus problemas a través de las terapias verbales. Ellos no esperan ser cuestionados o discutir sus conflictos psíquicos en el proceso de ayuda. Los sanadores satisfacen estas expectativas debido a que envuelven al cliente en diferentes actividades, dando poca importancia a la dimensión verbal. Por ejemplo, en la santería se utilizan métodos de adivinación en donde no se necesita que la persona se exprese verbalmente (Sánchez, 1978).

Un estudio que comparó las expectativas de un grupo de clientes espiritistas con un grupo de pacientes de terapistas encontró que los primeros tenían expectativas de mejoría mucho más altas que los segundos (Koss, 1987). Por otro lado, se ha encontrado que mientras más una persona espera que se le ayude, más esta recibe ayuda (Frank, Hoehn-Saric, Imbers, 1978).

El sanador aumenta las expectativas positivas en el cliente por medio de una serie de factores. Primeramente, en el proceso de sanación se le recalca al cliente que si no cree en lo que están haciendo por él, no recibirá ayuda de los seres espirituales. Los centros donde trabajan los sanadores se preparan con la intención de aumentar las expectativas de la persona afligida ya que los mismos se adornan con cuadros de figuras religiosas y se prenden velas e incienso para crear una atmósfera de exaltación emocional. Se aumentan también las expectativas del cliente cuando el sanador le comunica a la persona que está seguro que lo puede ayudar. A la misma vez, la reputación y el adiestramiento del sanador facilitan que la persona crea que puede recibir ayuda del mismo. El hecho de que el sanador “adivine” el problema y los síntomas del cliente valida su capacidad y peritaje como sanador.

El efecto de placebo puede ser visto como otro factor que facilita el que se aumenten las expectativas de la persona afligida. El efecto de placebo se ha definido como el cambio físico que ocurre en la ausencia de intervención médica conocida o aceptada. De acuerdo a Benson (1996) los placebos son efectivos en casos de angina, artritis reumatoide, dolor de cabeza, ulceras pépticas, hipertensión, ansiedad y depresión. En un estudio con pacientes que tenían úlceras pépticas, el 70 porciento de ellos demostró excelentes resultados cuando el doctor le administró una inyección de agua destilada y le aseguró que era una medicina nueva que los iba a curar. El grupo control, que recibió la misma inyección con la información de que era un medicamento de una efectividad no probada, mejoró el 25 porciento (Volgyesi, 1954). Se ha encontrado que la efectividad del placebo varía dependiendo de cuanto el paciente espera beneficiarse, es decir de sus expectativas (Achterberg, 1985).

El sanador folclórico utiliza el efecto de placebo en sus intervenciones y en algunas ocasiones lo hace de manera planificada. El efecto de placebo puede explicar la efectividad de algunas técnicas tales como el uso de plantas medicinales, el uso de objetos tales como cuchillos y del agua magnetizada que se le da a tomar a los clientes.

Los sanadores tienen una visión de mundo similar a la de sus clientes

La distancia sociocultural que existe entre el sanador y su cliente es mínima. El sanador y su cliente poseen una visión de mundo similar debido a que comparten la misma subcultura, viven en la misma comunidad y tienen problemas similares (Torrey, 1986; Sandoval, 1975). Todo esto le provee al sanador un entendimiento más profundo de las necesidades de su cliente.

Esta visión de mundo compartida le permite al sanador hacer diagnósticos que son culturalmente relevantes. Los conceptos que utiliza el sanador para comunicar sus ideas en relación a la etiología, diagnosis, clasificación y tratamiento del problema son culturalmente sintónicos. El sanador es capaz de darle un nombre correcto a la condición que sufre su cliente y esto lo libera de la ansiedad de no saber que tiene. A este proceso se le ha dado el nombre de principio de Rumpelstiltskin (Torrey, 1986). Este principio ilustra el poder de la palabra correcta. Se basa en un cuento de los hermanos Grimm en el cual Rumpelstiltskin es el nombre de un hombre malo que quiere secuestrar el niño de la reina. De la única manera en que el niño puede ser salvado es que la reina pueda pronunciar el nombre correcto de esta persona. La reina encuentra el nombre correcto y de esta manera logra vivir feliz con su niño.

Redefinición positiva de los síntomas del cliente

Usualmente los síntomas del cliente no son vistos como la manifestación de enfermedad mental sino como un indicador de que

éste está desarrollando facultades especiales. Esta interpretación positiva puede ayudar al cliente a disminuir sus sentimientos de culpa e inadecuacidad (Sandoval, 1975). Se realiza una redefinición de los síntomas y se le enseña al cliente a controlar los mismos sin eliminarlos. Por lo tanto, el cliente no sufre las consecuencias de ser considerado enfermo mental sino que es alguien que tiene un don espiritual.

El cliente es responsable por su recuperación no por su enfermedad

Los sanadores folclóricos usualmente consideran que la enfermedad mental es causada por fuentes externas, lo cual libera al individuo de sentimientos de culpa. A pesar de que no se responsabiliza al individuo por su problema, si se le responsabiliza por su recuperación. Esta actitud tiende a facilitar el cambio en el individuo.

Accesibilidad de los sanadores

Los sanadores folclóricos son sumamente accesibles a sus clientes. Debido a que viven en la comunidad que sirven, los sanadores proveen ayuda a cualquier hora del día, sin la necesidad de hacer citas, ni de someterse a procedimientos burocráticos. Más aún, los servicios de los sanadores cuestan poco y en muchos casos son gratuitos.

Las funciones preventivas de los sistemas folclóricos de ayuda

Las funciones preventivas de los sistemas folclóricos de ayuda no han sido enfatizadas lo suficiente en la literatura. El principal interés de los investigadores ha sido describir y explicar como los sanadores folclóricos tratan los problemas de sus clientes, dándole poca importancia a su rol como agentes preventivos en la comunidad puertorriqueña. En esta sección examinaré las funciones preventivas de los sistemas folclóricos de ayuda , recalcando su rol como sistema de apoyo natural y como una fuente de apoderamiento (“empowerment” ).

En los últimos años los servicios comunitarios de salud mental han reconocido el valor de los sistemas de apoyo natural (Caplan, 1974). Los sistemas de apoyo natural se refieren a aquellos grupos que están fuera del ambiente profesional de salud mental y que se utilizan cuando uno experimenta problemas del diario vivir. Entre estos grupos se encuentra la familia, amigos, vecinos y compañeros de trabajo.

Delgado & Humm-Delgado (1982) han señalado que “los sistemas de apoyo natural son probablemente los recursos más significativos en las comunidades hispanas” (p.23). Los sanadores folclóricos son uno de estos sistemas de apoyo natural que proveen a sus miembros una alternativa a los servicios profesionales de salud mental. Los sanadores folclóricos ofrecen apoyo emocional, orientación e información específica que facilitan la resolución de problemas. Ellos también pueden referir individuos a profesionales cuando así lo creen necesario.

En el caso del espiritismo y la santería, los templos funcionan como una organización voluntaria para sus miembros. Antes y después de cada reunión, los asistentes tienen la oportunidad de conversar y compartir sus problemas y preocupaciones. El templo provee un ambiente para la creación de relaciones íntimas. Un participante espiritista comentó: “Usualmente yo no salgo pero cada domingo necesito asistir a la reunión espiritista. Disfruto hablando con otras personas y conocer lo que han hecho en la semana.”

Los templos espiritistas y santeros también ofrecen oportunidades recreativas a sus miembros tales como la celebración de cumpleaños y días especiales. Más aún, las reuniones espiritistas y santeras pueden ser consideradas como actividades recreativas debido a que en las mismas a los sanadores les gusta hacer chistes e historias interesantes. Ellos tienen una gran capacidad para entretener y hacer reír a las personas. Además, los buenos espíritus que se comunican a través de los médiums les gusta hablar sobre situaciones divertidas y cantar canciones alegres. Por último, un aspecto que contribuye a que estas reuniones sean interesantes es el sentido de misterio y suspenso que se crea en ellas.

Es también mi experiencia que los centros espiritistas pueden estar previniendo problemas emocionales al ofrecer apoyo a aquellos participantes que están sufriendo debido a la muerte de sus seres queridos. En la reunión espiritista los participantes tienen la oportunidad de comunicarse con los espíritus de sus seres queridos lo cual puede contribuir a la expresión de sentimientos de culpa, la resolución de conflictos y el lidiar con el proceso de pena más efectivamente. El siguiente caso es ilustrativo de este punto:

Una mujer visitó un centro espiritista porque se sentía deprimida por la muerte de su hija en un accidente automovilístico . Ella se sentía responsable por la muerte de su hija porque “no debió haberle dado permiso para que saliera tan tarde”. En la reunión el espíritu de la niña se comunicó a través de un médium, señalando que era feliz y que su madre no debía sentirse culpable porque su muerte nadie la podía haber evitado. La madre al escuchar el mensaje lloró intensamente y le expresó a su hija lo mucho que la quería y la extrañaba. La experiencia fue una muy intensa y los participantes compartieron el dolor de la madre llorando con ella.

Al final de la reunión conversé con la madre y esta se mostró muy agradecida de haber tenido la oportunidad de hablar con su hija y de saber que ella no está sufriendo. Aparentemente la experiencia fue intensamente terapéutica para ella.

Como agentes preventivos, los sistemas folclóricos se basan en las fortalezas particulares y la realidad cultural de la comunidad puertorriqueña. Del estudio de estos sistemas podemos aprender a mejorar los servicios preventivos que se ofrecen a la comunidad puertorriqueña. En vez de imponer los servicios preventivos sin considerar los recursos de la comunidad, necesitamos apoyar y colaborar con los sistemas de sanación que están funcionando en la misma. Esta orientación nos prepararía para valorar y respetar diferentes alternativas en el ofrecimiento de servicios preventivos.

El sistema folclórico de ayuda como psicoterapia

Otros autores han explicado la efectividad de los sistemas folclóricos de ayuda argumentado que este sistema tiene principios similares a la psicoterapia. Se ha señalado que la sesión espiritista es similar a un psicodrama ya que el médium espiritista funciona como un ego auxiliar al dramatizar los conflictos inconscientes de sus clientes y de esta manera facilita la externalización de sus emociones reprimidas (Garrison, 1977a; Morales Dorta, 1976; Seda Bonilla, 1969b).

Además, se ha mencionado que la reunión espiritista funciona como un tipo de terapia de grupo porque los participantes reconocen que comparten los mismos problemas y reciben apoyo del grupo (Fisch, 1968, Rogler & Hollingshead, 1961). También, se ha sugerido que los enfoques utilizados por los sanadores para el tratamiento del alcoholismo son similares a los enfoques de terapia de familia (Singer, 1984). Por ejemplo, los sanadores folclóricos interpretan los problemas a través del modelo de causalidad circular, donde cada miembro afecta la conducta de otros. La familia se concibe como una unidad funcional y se estimula a cada miembro a envolverse en el tratamiento.

El proceso de sanación folclórica se ha explicado también usando conceptos psicodinámicos (Lubchansky, Egri & Stokes, 1970; Garrison, 1977a). Por ejemplo, en un estudio se explicó el tratamiento que ofreció un médium a una niña que tenía problemas con su padre comparando los conceptos de espíritus buenos y malos con el superego y el id (Lubchansky, Egri & Stokes, 1970).

También, Garrison (1977a) ha comparado el concepto de espíritu ignorante con el del id porque según ella ambos representan fuerzas no socializadas e impulsos agresivos. Garrison señala que la creencia en estos conceptos es básicamente una cuestión de fe en ambos sistemas (el profesional y el folclórico) porque ninguno de estos conceptos tiene una localización en un espacio interno o externo. Por otro lado, Seda Bonilla (1969b) ha trasladado los conceptos espiritistas a conceptos psicoanalíticos argumentando que los espíritus ignorantes representan los sentimientos inconscientes y reprimidos de los clientes y que el proceso de educar los espíritus es similar a trabajar las resistencias del cliente.

Finalmente, se ha mencionado que los sanadores folclóricos utilizan técnicas similares a las empleadas por los psicoterapistas. Por ejemplo, los investigadores han señalado que los sanadores utilizan las siguientes técnicas terapéuticas: reconceptualización (Garrison, 1982); terapia de rehabilitación (Garrison, 1982); catarsis (Harwood, 1977); dramatización de roles (Lubchansky, Egri & Strokes, 1970); intervención en crisis (Harwood, 1977) y paradojas terapéuticas (Koss, 1975).

Considero que el análisis de las similaridades entre los sistemas folclóricos y la psicoterapia es importante ya que puede ayudarnos a entender las implicaciones terapéuticas del espiritismo. Sin embargo, este análisis puede ser un obstáculo para lograr un verdadero entendimiento de los sistemas de sanación tradicional (Katz & Núñez Molina, 1986). Uno de los peligros sería concluir que los sanadores folclóricos son efectivos porque utilizan las mismas técnicas que los psicoterapistas. El comparar sistemas terapéuticos de diferentes culturas envuelve el peligro de enfatizar similaridades al nivel de conceptos psicológicos sin considerar la importancia de las diferencias al nivel de la dimensión cultural y social. Existe una tendencia a psicologizar los sistemas folclóricos de ayuda sin considerar los elementos terapéuticos únicos de estos sistemas.

Más allá de la psicología: La necesidad de considerar las dimensiones transpersonales y espirituales

Los sanadores folclóricos no utilizan argumentos psico-sociales para explicar su efectividad. Su posición es que sus éxitos se deben principalmente a la relación que ellos tienen con el mundo espiritual. Es de ese mundo espiritual que ellos obtienen los recursos que le permiten ayudar a otras personas. Para ellos la sanación depende de factores transpersonales como la fé de la persona, la disposición de los buenos espíritus y la voluntad de Dios.

Es necesario señalar que la llamada medicina holística está considerando la relación entre el “factor fé” y la salud de la persona. Herbert Benson (1996), médico de la Universidad de Harvard, en su libro “Timeless Healing” sostiene que la espiritualidad de una persona tiene un rol muy importante en el mantenimiento de su salud. Levin (1994) revisó cientos de estudios epidemiológicos en donde se encontró que la creencia en un Dios mejora la salud del individuo. Matthews , Larson y Barry (1993) encontraron que los factores espirituales están relacionados a la reducción de ansiedad, depresión y coraje; reducción de la presión sanguínea y el mejoramiento de la calidad de vida para pacientes con cáncer y enfermedades cardiovasculares. Las personas religiosas consistentemente reportan mayor satisfacción marital, bienestar y auto-estima que aquellas que no lo son.

Otra de las formas que los sanadores tradicionales han utilizado para explicar como ellos sanan es haciendo referencia a que son canales de una energía que viene de Dios. La idea de que existe una energía en el universo que puede ser utilizada para sanar a las personas es tan antigua como la humanidad misma. Existe evidencia de que el ser humano que vivió alrededor de 15,000 años antes de Cristo utilizaba la imposición de manos con fines terapéuticos (Harpur, 1994).

A pesar de que esta explicación pueda parecer poco válida en términos científicos, se han llevado a cabo investigaciones por Bernard Grad (1963, 1965, 1979) y Dolores Krieger (1979, 1993) que sugieren la existencia de un tipo de energía que es controlada por el sanador. Bernard Grad es un biólogo canadiense, doctor en morfología experimental, quien trabajó por más de 30 años en la Universidad de McGill y llevó a cabo estudios con un sanador llamado Oscar Estebany. Para tener control de las creencias y el efecto de placebo, Grad decidió utilizar animales y plantas. Grad quería saber si el sanador podía influenciar el proceso de curación de ratones enfermos debido al engrandecimiento de la tiroides. Para lograr esto puso a un grupo de ratones en dietas de iodo. Después que los ratones estaban padeciendo de la tiroides, los dividió en cuatro grupos: tres grupos control y un grupo experimental. El primer grupo control no recibió la imposición de manos del sanador. El segundo grupo control fue puesto en jaulas que estaban envueltas con cinta adhesiva electrodermal con el objetivo de simular el calor de las manos de los humanos. Un tercer grupo de control recibió la imposición de manos de personas que no eran sanadores. Los ratones del grupo experimental recibieron la imposición de manos de Estebany por dos períodos diarios de quince minutos durante cuarenta días.

Al finalizar el estudio se encontró que a pesar que todos los ratones mostraban engrandecimiento de la tiroides, los que habían sido tratados por el sanador mostraban un desarrollo mucho más lento. Grad llevó a cabo una variación en la cual Estebany realizó imposición de manos en pedazos de algodón con el objetivo de cargarlos con energía de sanación. Los algodones tratados por el sanador fueron puestos en las jaulas de un grupo de ratones y algodones sin recibir el tratamiento del sanador fueron puestos en la jaula de otro grupo de ratones. Grad encontró que los ratones que fueron expuestos a los algodones cargados por el sanador demostraron un crecimiento menor de la tiroides. Ambos experimentos sugieren que Estebany tenía la capacidad de retardar el crecimiento de la tiroides.

En otro estudio, Grad decidió estudiar la capacidad de Estebany para facilitar el proceso de curación de una herida en ratones. Para llevar a cabo el estudio se removieron pedazos de piel a 48 ratones y se dividieron en tres grupos principales. El primero era un grupo control que no recibió ningún tipo de tratamiento. Otro grupo de ratones fue sometido a un tratamiento en donde recibieron calor similar al que producen las manos de las personas. El tercer grupo recibió la imposición de manos de Estebany. Al final del estudio se evaluó las diferencias en los grados de sanación de las heridas de los ratones y se encontró que las heridas de los ratones que habían sido tratados por Estebany habían sanado más rápidamente que la de los otros grupos.

En otras investigaciones, Grad (1963) utilizó plantas con el objetivo de obtener resultados más rápidos. Decidió utilizar semillas de trigo como sujetos experimentales y para enfermarlas utilizó una solución salina. Grad dividió las semillas en dos grupos: uno que fue tratado con solución salina y otro que fue tratado con solución salina que había estado en las manos de Estebany durante 15 minutos. Se encontró que las semillas que fueron expuestas a la solución que el sanador había tratado crecieron más rápidamente y tenían más clorofila.

Grad también llevó a cabo otro estudio en donde le dijo a una persona que estaba contenta y a otra que estaba deprimida que sostuvieran una botella de agua por algunos minutos. Ambas botellas de agua se utilizaron para tratar semillas de trigo. Se encontró que las semillas que recibieron el agua que había sido sostenida por la persona alegre creció más rápidamente que las semillas que habían recibido el agua sostenida por la persona deprimida.

Grad concluyó que lo más razonable es que los efectos biológicos observados en estos estudios fueron causados por una energía que se manifestaba a través del sanador.

Basándose en las investigaciones de Grad, Dolores Krieger, profesora de enfermería en la Universidad de Nueva York, desarrolló una técnica que llamó el “toque terapéutico” en donde se utiliza la imposición de manos en el proceso de ayuda. Las investigaciones de Krieger revelan que las imposiciones de manos realizadas por enfermeras que han sido adiestradas aumenta los niveles de hemoglobina en los pacientes y reduce significativamente sus niveles de ansiedad (Krieger, 1979, 1993). Estos resultados fueron confirmados con un nivel de significatividad de .001, lo cual quiere decir que existe solo una oportunidad en 1000 de que éstos se debieran al azar.

Las investigaciones realizadas por Krieger y Grad proveen evidencia empírica que demuestra la efectividad de la imposición de manos. Tal vez deberíamos preguntarnos el porqué esta forma de ayuda ha persistido a través del tiempo y considerar si sería beneficioso que esta tradición pudiera ser renovada dentro de las profesiones de ayuda.

Las investigaciones de Krieger y Grad nos proveen una base para entender los sistemas folclóricos de ayuda desde la perspectiva de sus practicantes y de esta manera trascender la brecha epistemológica que existe entre la visión de mundo de los sanadores tradicionales y la visión de mundo de los profesionales de ayuda.

Conclusión

A pesar de todas estas explicaciones, la sanación continúa siendo un misterio que trasciende tanto las explicaciones psico-sociales como las espirituales. Tal vez el respeto a ese misterio y su inefabilidad facilite nuestros intentos de entender el proceso de ayuda.

Lo que si podemos asegurar es que el estudio de los sistemas folclóricos de ayuda nos provee una base para acercarnos a un entendimiento mas amplio y profundo del proceso de sanación.

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