A mi papá le dio con caminar después de la muerte de mi mamá. Decía que era para perder peso y poder volar para encontrarse con su Amor. Y ahora cuando camino, los veo volando por el cielo cogidos de la mano.
Desconfiaré de quienes me digan, en voz baja y precavidos: Es peligroso hacer. Es peligroso hablar. Es peligroso andar. No te esperaré en la pura espera porque mi tiempo de espera es un tiempo de quehacer.
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