Un estudiante universitario en el 1961 invertía en promedio 24 horas de estudio mientras que en 2003 los estudiantes invirtieron unas 14 horas semanales. Ese es el hallazgo principal de una investigación realizada en E.U. por los economistas Babcock y Marks (2009).
Lo primero que se tiende a pensar es que este patrón de disminución de horas de estudio puede ser atribuido a la Internet pero no es correcto ya que esta tendencia comenzó mucho antes que el surgimiento de esta tecnología.
Si añadimos a estos resultados el problema de la inflación de notas tenemos un cuadro muy preocupante.
Si esta tendencia continua en el futuro las personas podrán graduarse de la Universidad sin tener que estudiar o estudiando el mínimo. Tal vez ya esto puede estar pasando pues como dice William Gibson “el futuro ya está aquí, aunque mal distribuido”.
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