Continuando con la discusión sobre el Libro Rojo de Carl Jung y en esta segunda charla discutimos los conceptos de “imaginación activa” y función trascendente.
Resumen:
Educar las figuras del inconciente y aprender de ellas envuelve el desarrollo de diálogos. Dentro de la perspectiva junguiana, Watkins (1990) ha escrito sobre la importancia de "diálogos imaginarios" entre el yo y "otras figuras imaginarias" (imaginal others). Watkins también ha recalcado la realidad de las figuras imaginarias en la vida del individuo y la importancia de "revitalizar" el ego para poder desarrollar la habilidad de permitir que otras voces hablen.
Apoyando la importancia del acto de imaginar para el proceso de desarrollo, Hillman (1975) ha discutido la necesidad de la psique de "personificar", refiriéndose a la actividad psicológica de convertir en personas psíquicas lo que experimentamos. Similarmente, Jung (1965) declaró que personificar es una de las técnicas terapéuticas más importantes de la psicología analítica:
Lo esencial es diferenciarse de esos contenidos inconcientes mediante la personificación de los mismos, y al mismo tiempo traerlos a una relación con lo conciente. Esa es la técnica para que se les elimine su poder. No es muy difícil personificarlos, ya que ellos siempre poseen cierto grado de autonomía … (1965, p. 187).
Hillman señala que la personificación protege a la psique de que sea dominada por un solo poder o fuerza; provee un instrumento terapéutico que facilita el que la persona admita que esas figuras le pertenecen y a la misma vez tienen su independencia; al personificarlas las figuras adquieren objetividad y se pueden diferenciar del inconsciente y entre ellas mismas.
Una técnica utilizada en la psicología analítica para trabajar con las figuras del inconsciente a través de diálogos es lo que Jung llamó "imaginación activa." Janet Dallet (1982) define la imaginación activa como un "diálogo con los dioses" (p. 175), incluyendo en el concepto de dioses a los que tradicionalmente se les conoce como "demonios" dentro de la religión. No le gusta utilizar el concepto de arquetipos porque cree que las personas tienden a relacionarse intelectualmente con ellos, sin ningún sentido de lo que significan como experiencia.
El primer paso en la imaginación activa es el dejar a un lado los pensamientos del ego de tal forma que el inconsciente tenga la oportunidad de emerger. Ciertos rituales, tales como el encender una vela, son muy importantes en permitir la manifestación del inconsciente (Dallet, 1982). Es muy importante dar forma externa al contenido inconsciente a medida que va surgiendo por medio de la poesía, los cuentos, diálogo directo, pintura en barro, escritura automática, música y otros.
Luego de haberle dado forma a las voces del inconciente, el ego confronta el contenido que surja. El ego hace preguntas y presenta sus dudas, emociones, juicios y entendimientos sobre las figuras del inconciente. En este paso es necesario tomar una actitud moral hacia lo que proviene del inconsciente y entender el significado de ese contenido. El paso final es llegar a conclusiones y ponerlas a funcionar en la vida cotidiana, aceptando responsabilidad por uno mismo.
Dallet (1982) señaló que la práctica de la imaginación activa puede ser muy peligrosa. El peligro mayor es la posibilidad de sobrecargarse con los contenidos inconscientes. Otro peligro radica en el potencial de inflación que ocurre cuando el cliente es poseído por los complejos. También, existen los peligros de las fantasías que pueden ser realizadas de forma literal, cuando su significado es simbólico.
¿Por qué el cliente tiene que practicar la imaginación activa si resulta peligroso hacerlo? Dallet comentó acerca de este asunto:
La imaginación activa no crea contenidos peligrosos, pero el enfocarse en los mismos puede añadirles poderes. Los componentes existen en cualquier caso, y los mismos tienen efecto, independientemente de si son o no observados. A veces resulta más peligroso que permanezcan en el inconsciente que conocerlos por medio de la imaginación activa (1982, p. 188).
Grabación de la charla:
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