Resulta curioso que en los tiempos de pandemia se recomienden supuestas medidas “extraordinarias” cuando a mi entender son conductas que no deben limitarse a situaciones de crisis. De la manera en que se promueven estas medidas parecería implicar que después que haya pasado la crisis podemos olvidarnos de las mismas y volver a nuestro patrón de higiene defectuosa. Este tipo de campaña debería enfatizar el hecho de que esto es lo que debemos estar haciendo siempre para mantenernos saludables. No hay que esperar a que tengamos una situación de emergencia para comenzar a lavarnos las manos a menudo, cubrirnos la boca y la nariz con un pañuelo desechable cuando tosemos y limpiar con frecuencia las superficies, juguetes y artículos que se utilizan a diario. De la misma manera no debe verse como extraordinario que en las instituciones educativas tengamos jabón y salones limpios. Esa debe ser la norma.
En el contexto universitario tampoco debe verse como medida extraordinaria que los estudiantes puedan realizar todas las gestiones de matrícula vía Internet. Bendito, eso lo teníamos que haber implementado hace años y no por causa de la influenza. Nuestros estudiantes no deberían tener que esperar horas en una fila para completar trámites que deben poder realizarse por Internet. Además, en el contexto de la enseñanza todos los profesores deberían tener las destrezas para ofrecer cursos en línea para de esa manera poder mantener la universidad abierta si la situación se vuelve crítica. Y eso debemos comenzar a exigirlo como parte de las destrezas ordinarias de un profesor.
La influenza A H1N1 ha facilitado el reconocimiento público de que nuestras instituciones educativas carecen de lo básico en términos de higiene. Además, ha creado la necesidad urgente de prepararnos para ofrecer servicios en línea a nuestros estudiantes. Tenemos la tecnología y la infraestructura para transformar nuestras prácticas pedagógicas y administrativas. Es cuestión de tener la visión y el compromiso de movernos a tono con el siglo 21 con pandemia o sin ella.
5 comentarios
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La clave está hacia el final de tu escrito: «Es cuestión de tener la visión y el compromiso de movernos a tono con el siglo 21 con pandemia o sin ella». La visión es lo que nos falta y si las cosas siguen como van (hasta ahora cero cambio en la administración universitaria) me temo que nos continuará faltando por varios años más. 🙁
Te tardaste mucho en hacer el comentario… fue lo primero que se me ocurrió cuando leí el asunto y esperaba que comentaras sobre esa sabrosa ironía. Oye, pero hay de algunos que van a pensar (HH, ese Nietzche que quiere gritar que el Internet ha muerto) que lo que se destila es la erradicación del cara-a-cara, de la interacción, asunto que hace el trato oficial a la pandemia… Pero… eso también es bueno. Hay gente que no tenemos ni queremos ver.
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«Te tardaste mucho en hacer el comentario». Coño, dame un break. (je,je). En todo esto me dejo llevar por lo que dijo Víctor Hugo, (poeta, novelista y espiritista): Ningún ejército puede detener una idea a la que le ha llegado su momento.
Usted comentó: «Tenemos la tecnología y la infraestructura para transformar nuestras prácticas pedagógicas y administrativas». Es irónico y lamentable que a pesar de contar con estos recursos, no exista interés en utilizarlos ni que se reconozca su importancia para la educación en el siglo XXI. También concuerdo que ofrecer cursos en línea debe exigirse «como parte de las destrezas ordinarias de un profesor» Pero, es más cómodo seguir como estamos.
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Wanda;
Necesitamos un cambio de actitud radical de parte de nuestros administradores y profesores. Tal vez tendremos que esperar a una nueva generación que comprenda que tenemos que subirnos al tren 2.0 o corremos el riesgo de perecer como institución.