El dramaturgo Roberto Ramos Perea invita en su blog a crear el verdadero pánico que obligue al gobierno a tomar el asunto de Gripe H1N1 con mayor seriedad. Y es probable que lo que necesitemos sea cancelar clases por un tiempo, cerrar el país y declarar un estado de emergencia código 6. Si afecta la economía, pues que se afecte. Es probable que nadie note el efecto.
Necesitamos prestar atención a la voces disidentes ya que la fórmula mágica de lavarse las manos cada dos horas no es suficiente para enfrentarse a esta pandemia. Leer el artículo de Roberto Ramos Perea
4 comentarios
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Calma! No caigas (caigamos) en la histeria del estado colapsado, que no tiene otra alternativa que andar de carreritas con la epidemia. La pandemia esta en otra parte, la epidemia en otro sitio. Los muertos, son las llamadas vidas desperdiciadas (Zygmunt Bauman) de la marginalidad, esas que no cuentan. Insisto, hay mas muertes en la alcoba y en el traqueteo que en cien pandemias. Que nadie salga a la calle!! Nadie!!! Que nadie se monte en sus autos!!. Muere mas gente por accidentes en la carretera que por la influenza.
No me malinterpretes. La gripe es seria y tiene su encanto genetico (ver el ultimo numero de Science), que la hace malevola. Pero atajarla, con seriedad, no es nada del otro mundo. Su epidemiologia, muy particular: de 5 a 25 anios de edad, con los obesos y diabeticos como victimas fatales. Nada, que a mi me parece una absoluta locura todo esta histeria mediatica, que lamentablemente no trata a la epidemia de manera seria.
Las escuelas? Alli se muere de tedio, de humillacion y de infecciones diversas todos los dias.
Si me llamas por telefono para hablarme de esto, por favor, ponte mascarilla.
Autor
Manolo;
Me parece que no entendiste el llamado. Y ese es el problema: el gobierno no está tomando este asunto seriamente.
Lo se, Mario… ese es el problema. Pero sin aspavientos.
Autor
Manolo;
Veo dos actitudes predominantes: una en donde se piensa que estoy es algo normal y que no debemos preocuparnos por las muertes ya que si lo comparamos con cualquier otra cosa, son pocas. El otro extremo es el de abastecernos de «hand sanitizer» por dos años. Entiendo que hace falta un balance y para lograrlo hay que estremecer y hacer las cosas por las razones correctas no porque se afecte la economía, el turismo, etc.
Y desde ahora te lo digo: ni se te ocurra darme la mano.