Quien justifica la guerra, justifica también todos sus crímenes

La guerra no es la paz del futuro. En la guerra todos perdemos, nadie gana.  Mientras pensemos que la guerra es un “mal necesario” abrimos las puertas al infierno más aterrador que pueda existir. Mientras nos creamos  invulnerables, omnipotentes y absolutamente buenos, terminaremos siendo los responsables de grandes atrocidades. La “locura” ha poseído en estos días al Estado de Israel pero mañana podría ser cualquier otro Estado que piense que el fin justifica los medios.

Pero escribir esto desde la comodidad de mi butaca es fácil. Escribir sabiendo que es tan poco lo que puedo hacer por terminar la invasión de Israel, me deja con una sensación de gran impotencia. ¿Protestar? ¿Denunciar? ¿Acusar? Y mientras esto ocurre los bombardeos en Gaza continúan  matando a víctimas inocentes.

¿Cuál sería la solución a corto plazo?  La comunidad internacional  tiene que halarle las orejas al  “matón del Barrio” . Hay que dejarle saber que deben explorar alternativas a la guerra y que si continúan con sus acciones en contra de Gaza, recibirán sanciones. Hay que tratarlo como niño hasta que recobre su sano juicio. Estados Unidos debe eliminarle la “amistad” a Israel” y  debe dejar de abastecer su arsenal bélico. No puede ser cómplice de estos crímenes de guerra.

Pero la mayor esperanza es que la gente de Israel se manifieste en contra de esta acción bélica. Voces como la del periodista israelí  Gideon Levy pueden ayudar a crear conciencia en Israel de lo nefasto de la intervención en Gaza. Sus artículos en el periódico  Haaretz son un reflejo de que hay voces valientes de resistencia que están ejerciendo presión desde adentro. Su más reciente artículo titulado “The time of the righteous” pone el dedo en la llaga  criticando la hipocresía de muchos que apoyan la guerra y después hablan de ayudar a los heridos:

Yet there are some who still want it both ways. To kill and destroy indiscriminately and also to come out looking good, with a clean conscience. To go ahead with war crimes without any sense of the heavy guilt that should accompany them. It takes some nerve. Anyone who justifies this war also justifies all its crimes. Anyone who preaches for this war and believes in the justness of the mass killing it is inflicting has no right whatsoever to speak about morality and humaneness. There is no such thing as simultaneously killing and nurturing. This attitude is a faithful representation of the basic, twofold Israeli sentiment that has been with us forever: To commit any wrong, but to feel pure in our own eyes. To kill, demolish, starve, imprison and humiliate – and be right, not to mention righteous. The righteous warmongers will not be able to allow themselves these luxuries.
Anyone who justifies this war also justifies all its crimes. Anyone who sees it as a defensive war must bear the moral responsibility for its consequences. Anyone who now encourages the politicians and the army to continue will also have to bear the mark of Cain that will be branded on his forehead after the war. All those who support the war also support the horror.

La sangre en Gaza sigue corriendo. No es el momento de discursos ambiguos y declaraciones hipócritas. El mensaje de las naciones del mundo tiene que ser claro y contundente: Israel debe detener su ofensiva contra Gaza y el pueblo palestino: Ahora mismo. Ya. Inmediatamente.

1 comentario

    • Alejandro Tortolini el lunes 12 de enero de 2009 a las 6:50 am

    Mario: felicitaciones por este valiente post.
    En efecto, la guerra es siempre guerra, no importa que justificaciones le querramos dar. Siempre es muerte de los mas debiles, siempre es un sembrado de viudas y huerfanos.
    Esto debe terminar de una buena vez.

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