Un pescador encontró entre sus redes una botella de cobre con el tapón de plomo. Parecía muy antigua. Al abrirla salió de repente un genio maravilloso que una vez liberado le dijo al pescador:
-Te concedo tres deseos por haberme sacado de mi encierro. ¿Cuál es tu primer deseo?
-Me gustaría que me hicieras lo bastante inteligente y claro como para hacer una elección perfecta de los otros dos deseos -dijo el pescador.
-Hecho -dijo el genio-, y ahora, ¿cuáles son tus otros dos deseos?
El pescador reflexionó un momento y dijo:
-Muchas gracias, no tengo más deseos.
2 comentarios
Buen cuento, pero tengo dos observaciones:
(1) La versión de Ednita Nazario, y
(2) Déjame los cuentos de pescadores a mi…
Un abrazo
Autor
Apreciado Manolo;
1. Esa versión la desconozco. ¿Se encuentra en TouTube? 🙂
2. Perdona por meterme en tu territorio. La próxima vez digo que era un sanador folclórico. 😀