Y cuando me hayas leído, arroja este libro… y sal. Quisiera que te hubiese dado el deseo de salir, de salir de no importa dónde, de tu ciudad, de tu familia, de tu habitación, de tu pensamiento. No lleves mi libro contigo. Olvídame. Que mi libro te enseñe a interesarte por tí más que por él mismo, y luego por todo lo demás más que por tí.
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