Recuerdo que para el 1998 me encontré con mi primer archivo comprimido y traté de abrirlo como si fuese cualquier otro tipo de archivo. Obtuve un error que me indicaba que no tenía el programa adecuado para abrir el mismo. Con mi limitado conocimiento pensé que tenía que comprar un programa que abriera estos archivos. Así que fui a la tienda más cercana de software y el empleado me recomendó un programa que compré por unos 40 dólares. A la verdad que la ignorancia sale cara.
Después descubrí que hay varios programas gratuitos para comprimir y descomprimir archivos y aquel que compré lo tengo guardado en su caja. Hoy me enteró que ya no tenemos que instalar un programa para realizar este tipo de tarea porque Krunch hace las mismas en línea. Con esta herramienta puedes:
1. comprimir hasta diez archivos
2. comprimir y descomprir archivos que estén en línea o en tu computadora
3. enviar el archivo vía correo electrónico o descargarlo a la computadora
Los archivos se mantienen en el servidor de Krunch por 24 horas y no pueden pesar más de 10 MB. Para utilizarlo no hay que registrarse.
Krunch tiene un gran futuro por delante porque siempre habrá archivos para comprimir y descomprimir.
Vía Genbeta y Aulablog21
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