En El Nuevo Día se publicó el domingo un artículo sobre custodia compartida que debe ser lectura obligatoria para todos los padres y madres puertorriqueñas. Paso a citar partes de este artículo:
La custodia compartida, en fin, debe ser vista como un principio a ser consagrado en ley. Cómo aplicar ese derecho lo decidirá cada cual: la gente puede y debe aprender a tomar decisiones de forma cívica y ética. Algunos padres y algunas madres podrían ejercer ese derecho aceptando, por ejemplo, que el niño esté más tiempo con el otro progenitor. Asimismo alguien, digamos, ejerce su derecho al voto votando por muchos candidatos o por unos pocos, mixto o por un partido, o no votando si no quiere. Porque mucha gente se abstenga de votar no hay que quitar el derecho universal al voto.
Cuando menos, el Estado debería brindar ayuda legal y económica a los padres que deseen y estén en condiciones de solicitar la custodia de sus hijos. Muchos padres no piden la custodia de los hijos por lo caro que cuesta pedirla y por los prejuicios en su contra en los tribunales. Tampoco la piden por el sedimento que todavía queda de tradiciones patriarcales que ven a los hijos como asunto sólo de la madre y a ésta siempre como víctima y desvalida.
Esta visión banal es asombrosamente compartida por ideologías ‘feministas’ que buscan que la mujer saque ventajas económicas y otras de su poder sobre los hijos. Hay todo un entramado de burocracias, negocios y profesionales alrededor de dar ventajas a la mujer y culpabilizar al hombre por ser hombre. Entre otros problemas que trae esta modalidad está la destrucción de la figura paterna, un tema complejo de psicología y sociología que no debería reducirse a una simpleza burocrática u oportunista.
La mujer debe tener igual acceso al trabajo, a la intervención en la sociedad y al desarrollo de sus potencialidades, y el hombre debe tener igual acceso a sus hijos y al derecho a ejercer cabalmente su paternidad.
Comentarios Recientes