Hace unos días se está comentando un artículo escrito por Mark Y. Herring titulado Reasons Why the Internet
Is No Substitute for a Library (traducido por Angela Carrillo como 10 RAZONES POR LAS QUE LA INTERNET NO SUSTITUYE A LAS BIBLIOTECAS. Con el respeto que se merecen mis estimados bibliotecarios, no me parece que este artículo contribuya a que se valore adecuadamente el rol de las bibliotecas en el siglo 21. No es devaluando la internet que se hace consciente a los usuarios del valor de las bibliotecas. La estrategia tiene que ser otra porque de lo contrario terminamos en juegos de niños como el mío es mejor que el tuyo.
Hay varias aseveraciones que son debatibles en este artículo:
1. «No todo se encuentra en la Internet». Podríamos argumentar fácilmente que no todo se encuentra en las bibliotecas. Entiendo que la tendencia en la mayor parte de las bibliotecas es a tener sus bases de datos en línea. Asi que vamos a encontrar más en la Internet que en la biblioteca.
2. «La Internet es como una inmensa biblioteca sin catalogar.» En mi caso encuentro lo que busco más fácilmente en Internet que en la biblioteca. Decir que la Internet es una biblioteca sin catalogar no me hace mucho sentido.
3. «Junto al material científico, médico e histórico, existe mucha basura. No hay control de calidad, ni confiabilidad en la Red. Tampoco se espera que llegue a haberla.» Creo que las bibliotecas sufren del mismo «problema» pero para eso preparamos a los estudiantes para que puedan discriminar una cosa de la otra.
4. Pero el punto de Herring que más me preocupa es su posición de que no es posible una universidad sin una biblioteca tradicional (física): «Dicho de otro modo, no es posible una bibloteca completamente virtual. No de momento, no ahora, no mientras vivamos». Herring con esta declaración deja afuera a todas las universidades que ofrecen programas a distancia y no tienen una biblioteca tradicional pero si cuentan con bibliotecas virtuales. Es decir, el asunto no es si es posible tener universidades sin bibliotecas tradicionales, es que ya tenemos un buen número de ellas.
En otras palabras, las bibliotecas tradicionales no pueden defenderse ciegamente. La virtualidad será un componente esencial en la biblioteca del futuro, lo quieran o no los blibiotecarios.
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Con todo el respeto que usted se merece, considero que usted ha tergiversado lo que plantea el artículo de Herring. Además, considero las personas deben documentarse antes de hacer planteamientos. Los puntos que usted trae, debatiendo los planteamientos del autor son sacados de contexto, y a parte de eso demuestra su poco conocimiento relacionado a los procesos que se llevan a cabo en una biblioteca y de las funciones y objetivos de la misma.
Los planteamientos del autor básicamente se resumen con esta premisa: » La Internet es una maravilla, pero afirmar, como hacen algunos, que está haciendo obsoletas a las bibliotecas equivale a decir que los zapatos han hecho innecesarios los pies».
De ninguna manera creo que Herring está menospresiando la Internet, sino que nos hace ver que la Internet no lo es todo.
Si leen los otros puntos, sea en español o en inglés, podran ver que no se está menospreciando; sino que nos está haciendo consientes de las limitaciones de esta. (Al fin y al cabo, nada es perfecto en este mundo).
Para el que hace sus investigaciones utilizando la Internet sabrá que esta no satisface todas nuestras necesidades de información (esto si queremos que la información encontrada sea confiable) y que siempre se termina visitando la biblioteca. Auque la biblioteca que visitemos no tenga todo lo que necesitamos, por lo menos nos dicen dónde podemos búscar o a donde referirnos. (¿La Internet, hace eso por nosotros?)
Autor
Anónimo;
Lo siento pero no respondo anónimos. Como escribo con nombre y apellido, pido lo mismo de aquellos que comentan en mi blog.
Muy interesante. Es increible la cantidad de tecnologías, conceptos e industrias que están siendo amenazadas por las computadoras e Internet (industria disquera, softwares propietarios, correo regular, enciclopedias convencionales, periódicos, radio, librerías y ahora veo que bibliotecas).
Lo curioso de esto es que los puntos que trae el artículos son facilmente refutables uno por uno: como eso de que es dificil encontrar algo en la red y el argumento de que el control de calidad es necesario (como si no se tuviera criterio propio). Además, las limitaciones de las licencias también es algo que está cambiando con el auge del Copyleft.
Sin embargo, no creo que se deben sustituir las biliotecas físicas con Internet. Creo que ambos medios pueden complementarse y buscar para que funciones es más adecuado uno, y para que otras funciones es más adecuado otro (Con la televisión no fueron pocos los que predijeron la muerte de la radio. Luego se dieron cuenta que no se podía manejar un auto y mirar una pantalla a la vez). Claro, cuando no sea posible esta combinación: una biblioteca en línea estará bien.
Pues claro que lo hace, si sabes donde preguntar. En Internet hay millones de comunidades reunidas en foros, wikis, páginas web y blogs llenas de personas que comparten experiencias, conocimientos y referencias. Es más, con Internet es posible realizarle preguntas directamente a psicólogos, ingenieros, diseñadores, investigadores, economistas y un sin número de profesionales y aficcionados llenos de voluntad para ayudar y compartir. ¿Qué biblióteca cuenta con ese capital humano detrás de la mesa de administración (Ups, caí en el juego de lo mio es mejor)
es absurdo descalificar Internet y también defenderlo a ultranza, son recursos complementarios. Una cosa sí es cierta del artículo: Internet no tiene demasiada cosa de más de 15 años y eso impid tener visión histórica.
Las revistas electrónicas que no tienen versión impresa no «están» en las bibliotecas, sino que éstas proveen acceso a dicha información. Lo mismo aplica a infinidad de recursos publicados en Internet (por ejemplo, mi manual de redacción científica), para los cuales las bibliotecas tradicionales sólo proveen acceso en la medida que provean computadoras a sus visitantes. Las bibliotecas tradicionales son útiles para acceder conocimiento que por un arazón u otra no puede accederse electrónicamente (es muy viejo, los autores no quieren poner en línea una versión digital, etc.). Sin embargo, cada día son menos y menos útiles en su concepto tradicional.
Coincido con la posición de que las bibliotecas y la Internet son o deben ser complementos para la búsqueda de información y creación de conocimiento (que no son lo mismo ni se escriben igual). A ambas se les visita mayormente para buscar información. Ahora bien, ninguna de las dos nos provee repuestas acertadas o correctas si no contamos con las destrezas de búsqueda adecuadas. Eso implica entre otras cosas, como bien señala el Profesor Núñez, saber discriminar lo que encontramos.
Ahora bien, hay una tendencia a pensar que el espacio físico, que conocemos como biblioteca, esta desapareciendo poco a poco. El que así piense, le puedo asegurar que esta equivocado (lo digo en ánimo de debatir, no ser ofensivo). Deberá pasar un largo trecho y otra visión del manejo de la información y el conocimiento, antes de que eso ocurra. Claro sin tomar en consideración, la brecha digital y la informacional de los habitantes de este sagrado planeta que no tienen acceso ni a Bibliotecas ni a la Internet.
En mi corta vida en el mundo de las bibliotecas y la Internet, he podido ver que una gran cantidad de usuarios, que no poseen las destrezas adecuadas para realizar una búsqueda efectiva en material escrito ni en Internet. Sumado a eso piensan que el Internet lo resuelve todo (nada más lejos de la realidad). Un ejemplo es lo costoso y tedioso que puede resultar la búsqueda e investigación en línea sobre algún tema jurídico, si no sabe bien lo que esta buscando o no posee las destreza adecuadas para hacerlo. Este fue mi experiencia con una gran cantidad de usuarios (profesionales y estudiantes) durante una práctica clínica de referencia jurídica en una Biblioteca de Derecho.
Este es un interesante debate que lleva algún tiempo discutiéndose y la mayoría entiende que los esfuerzos deben ir dirigidos a conciliar las bibliotecas con la tecnología.
Existen gran cantidad de artículos (véase la revista Law Library Journal de la American Association of Law Libraries) y otras revistas especializadas en las que se discute ampliamente el tema.
Les recomiendo la lectura de los siguientes artículos (por cierto disponibles en Internet):
Información electrónica: usos y usuarios, de M. Line. Por C. Urbano, disponible: http://www.um.es/fccd/anales/ad01/ad0113.html
El profesional de la información como gerente del conocimiento en red (GCr): Sus funciones en las comunidades virtuales de práctica y su desarrollo profesional. De Consuelo Figueras Álvarez, Ph. D, disponible en: http://simbiosis.uprrp.edu/Docs/Volumes_anteriores/Vol_1_Num%202/index.htm, .
Los avances tecnológicos contribuyen a la evolución de la Bibliotecología, reportaje de Iliana Fuentes Lugo disponible en: http://www.radiouniversidad.org/articulo.php?id=1859
Vision: The Essence of Professionalism and Key to the Future of Law Librarianship as a Profession de Dennis S. Sears, disponible en: http://www.aallnet.org/products/pub_llj_v98n01.asp
La información a través del tiempo de Radamés Linares Columbié, Mariela Patterson, Hernández y Larisa Viciedo Tijera, disponible en:
http://www.bvs.sld.cu/revistas/aci/vol8_3_00/aci09300.htm
Autor
Cristino;
Gracias por tu aportación y las referencias. Yo entiendo que lo más importante es que seamos flexibles y estemos atentos a las maneras en que podemos transformar las bibliotecas.
Me gusta este blog, sobre todo el monton de tags que tiene jejeje
Autor
Chat;
Es asi, nos encantan los tags.
Hola, Mario:
Respecto al tema que se propone, me temo que tengo que discrepar en parte, por una simple razón: me encanta Internet, me parece una manera fabulosa de encontrar información, y para ciertas cosas estoy bastante enganchada, pero creo que información no es lo mismo que conocimiento, y además soy una defensora a ultranza del formato libro impreso. Me parece que es el mejor soporte para poder reflexionar con tranquilidad sobre lo que estás leyendo, y creo que las obras de síntesis, que son las que aportan el conocimiento (no la simple información sobre un tema) siguen, y seguirán durante bastante tiempo siendo impresas en papel. Además, aún está por resolver la cuestión de la permanencia de los contenidos en la red. Es decir, hoy encuentras un sitio con información fabulosa sobre algo que necesitas o te interesa y mañana no está. El papel tiene una permanencia mayor. Bueno, vale que también a veces vas a buscar en tu biblioteca un libro supuestamente disponible y tampoco está, pero esa es otra cuestión. La verdad es que las posibilidades de la tecnología no me despiertan mucho entusiamo de por sí, y procuro no apresurarme cuando se anuncia la muerte de una u otra cosa debido a su desarrollo. Todavía estoy esperando la muerte del libro impreso, que creo que se anunció hace más de una década. Si no me equivoco, hoy se publican más libros que nunca. No obstante, coincido con los que opinan que el futuro está en la biblioteca híbrida para el ciudadano de a pie y los alumnos de las instituciones docentes, y en la puramente electrónica para los investigadores de ciencia y tecnología. Estaría bien, por otra parte, que los bibliotecarios pudiéramos asumir la tarea de tratar los documentos que se incorporan a la red de manera que sean más facilmente recuperables.
Saludos.
Autor
Carolina;
Estoy de acuerdo contigo. Lo que no apoyo es la resistencia de algunos bibliotecarios a adoptar los avances tecnológicos y a defender lo tradicional como lo mejor sin cuestionar. Me parece esencial no romantizar ni lo digital, ni lo impreso. Ambos tienen su rol dependiendo del contexto.
[…] Todo esto viene a propósito del manifiesto de la ALA 10 reasons why the internet is no substitute for a library, que rebate Mario Antonio Núñez Molina y del que me entero gracias a la onda expansiva llegada a Comunisfera. En realidad, mi opinión sobre el tema es bien simple: la relación entre internet y las bibliotecas no debe ser de lucha; internet es una herramienta que las bibliotecas deben saber exprimir al máximo para poner a su favor. Por lo tanto, internet debe completar a las bibliotecas. […]