El guerrero japonés fue apresado por sus enemigos y encerrado en un calabozo. Aquella noche no podía conciliar el sueño, porque estaba convencido de que a la mañana siguiente habrían de torturarle cruelmente. Entonces recordó las palabras de su Maestro Zen: «El mañana no es real. La única realidad es el presente». De modo que volvió al presente… y se quedó dormido.
De: El canto del pájaro: Anthony De Mello
2 comentarios
Son comunes estas frases entre los belicistas. Lo mismo pasa con los soldados creyentes, que van a la guerra livianamente, pues sucederá lo que Dios les destinó, y contra eso no puede hacerse nada.
En fin, tengo sueño ya… no me sigo enrollando. Saludos.
Autor
Alvaro,
No estoy seguro si entiendo tu mensaje pero no me parece que esa sea la «moraleja»de la historia.