Esta charla la ofrecimos en una ceremonia para los estudiantes de honor del Recinto Universitario de Mayaguez. Espero que la disfruten:
«…Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición.
Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada.
Sólo entonces sabrás que un camino es nada más un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice.
Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Te prevengo.
Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta: ¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Todos los caminos son lo mismo, no llevan a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no…» Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita.»
El problema es que nadie se hace la pregunta, y cuando por fin se da cuenta de que ha tomado un camino sin corazón, el camino está ya a punto de matarlo.
Un camino sin corazón nunca se puede disfrutar. Hay que trabajar duro tan sólo para tomarlo. En ese punto pocas personas pueden parar a pensar y dejar el camino… En cambio, un camino con corazón es fácil: no te hace trabajar por tomarle gusto.
Para mí existe solamente el viajar por caminos con corazón, en cualquier camino que pueda tener corazón. Por ahí viajo, y el único desafío que vale la pena es atravesarlo en toda su longitud. Y por ahí viajo, buscando, buscando, sin aliento». (“Las enseñanzas de Don Juan” de Carlos Castañeda.)
Cada persona tiene su visión de lo qué es la felicidad. Para mi la felicidad es “viajar por caminos con corazón”, aquellos que nos hacen fuertes y felices. Lo importante es tener la claridad mental que nos ayude a identificar los caminos con corazón, como muy bien señala Don Juan. Cuando estamos frente a una decisión importante la pregunta entonces es una sencilla, ¿es un camino con corazón? . Si no es un camino con corazón pues ya sabemos que lo mejor es mirar hacia otra dirección.
Así que en este tiempo que tengo para conversar con ustedes me gustaría presentarles algunos caminos con corazón que he estado explorando en mi vida.
El camino con corazón del estudio y la lectura
Desde que tengo conciencia , el estudio y la lectura han sido para mi caminos con corazón. Disfruté la escuela de una manera muy especial. Tengo que confesar que los primeros días del año escolar me emocionaban por los nuevos libros, los maestros y las clases. Mi sitio preferido en la escuela era la biblioteca y estar rodeado de libros era una experiencia de naturaleza mística.
Los primeros recuerdos de mi niñez están relacionados a mi colección de libros, a mi colección de comics (Llanero Solitario, Roy Rogers. El Hombre araña, Superman) y a mi obsesión por llenar crucigramas. Esa obsesión por completar los crucigramas de los periódicos me ayudó a desarrollar vocabulario y estimuló mi necesidad de estar constantemente aprendiendo.
Desde mis primeros años en la Segunda Unidad del Bo. Piletas de Lares hasta la Universidad de Harvard en Cambridge, las escuelas para mi representan recintos que tienen un estela de misticismo y de milagroso. Las bibliotecas de los diferentes centros de aprendizaje a los cuales asistí se convirtieron en mi segundo hogar. Leer era mi actividad preferida, seguido de la música.
Recuerdo que cuando fui a estudiar a la Universidad de Harvard, uno de mis actividades preferidas era perderme en los 12 pisos de la biblioteca principal (The Widener Library). Tan inmensa era esa biblioteca que los pisos estaban divididos por áreas clasificadas como Nor-Oeste, Sur-Oeste, etc. Nunca logré conocer todos los recovecos de aquella hermosa biblioteca.
Cuando obtuve mi doctorado mi primer trabajo fue en aquella biblioteca acomodando libros. Necesitaba un tiempo de descanso y sin estrés. Estar en uno de los pisos de la biblioteca acomodando libros para mí era una experiencia relajante y la misma vez podía conocer una gran variedad de libros.
Vi en el estudio un camino para desarrollarme y abrir nuevas puertas. Soy lo que soy hoy en día en gran parte por mi dedicación y pasión por este camino. Me imagino que como estudiantes de honor conocen ustedes ese camino y han encontrado grandes satisfacciones en el mismo. Mi sugerencia: nunca abandonen este camino. Es un camino que tiene corazón hasta el infinito.
El camino con corazón del deporte
El deporte fue otro camino con corazón. El baloncesto, el volleyball y el béisbol se convirtieron en medios para ejercitar el cuerpo y para mantenerme alejado de los llamados “vicios”. Nunca me llamaron atención los vicios (drogas, cigarrillos, alcohol) Fue muy fácil ver que estos camino no me iban a dar felicidad ni fortaleza.
Me defendía muy bien en el deporte hasta el punto de llevar mi equipo de volleyball de intermedia al campeonato. A pesar de que debido al camino de los estudios descuidé el camino de los deportes, me parece que debo mucha a mi condición el hecho de haber practicado deportes cuando joven.
He comenzado de nuevo a explorar este camino y estoy practicando softball en el equipo del Departamento de Ciencias Sociales. Así que los invito a asistir a los juegos de softball. Perdimos el primer juego con Matemáticas pero ya nos estamos preparando para la revancha.
El camino con corazón de la universidad
La universidad cambió y sigue cambiando mi vida de forma significativa. Desde la primera vez que pisé el Recinto Universitario de Mayagüez me di cuenta que este sería mi segunda casa. Llevé a cabo mis estudios de bachillerato en el RUM y para aquel entonces en el RUM había menos de la mitad de los estudiantes que tenemos hoy en día. Era un Recinto mucho más tranquilo, sin Internet y sin centros de cómputos, pero con este ambiente único para trabajar y estudiar que no encuentras en ninguna otra parte.
A veces me pregunto que haría si no trabajara en la Universidad y no encuentro respuesta porque en realidad no podría hacer otra cosa que no sea enseñar y trabajar en la universidad. Para mi es el trabajo perfecto. Tengo un trabajo que me da mucha felicidad y vivo muy agradecido de esto. En realidad se me hace difícil entender como alguien se puede quejar de un trabajo como éste.
El camino de una carrera con corazón
Muchos de ustedes estarán muy pronto tomando decisiones relacionadas a su futuro profesional. Por eso es esencial que te hagas las siguientes preguntas:
1.¿Lo que estás estudiando es de tu interés?
2. ¿Disfrutas las clases que estás tomando?
3. ¿Piensas constantemente en cambiar de concentración?
4. ¿Te visualizas trabajando de siete a ocho horas diariamente en la disciplina que estás estudiando?
5. ¿Porqué seleccionaste esa disciplina? ¿Porqué no había otra alternativa? ¿Porqué tus padres te lo recomendaron? ¿Porque está de moda? ¿Porqué en ella se gana mucho dinero?
Recuerda que si no te gusta el trabajo no serás feliz y estarás pensando en el día del retiro desde el primer día del mismo. Pensar en el retiro cuando estás comenzando a trabajar es cómo pensar en el divorcio en el día de tu boda.
Yo me considero un agraciado ya que desde escuela superior identifiqué lo que deseaba estudiar y por cosas de la vida tomé la decisión acertada. Por otro lado, lo que en realidad me gustaba era enseñar, no ofrecer psicoterapia. Comprendí muy pronto que estar en una oficina dando consejos a la gente y después cobrándole un dineral no era lo que quería hacer con mi vida. No era un camino con corazón. Nunca me he sentido muy cómodo cobrándole a la gente por mis servicios.
Así que de la práctica de la psicología, pasé a la enseñanza. Y después de 18 años enseñando puedo dar testimonio de que este es un trabajo que haría sin paga. Enseñar para mi no es un trabajo, sino que es una vocación, un entretenimiento, una diversión.
Hace unos siete años experimenté una transformación y una conversión en mi desarrollo profesional: me convertí en un ciberprofesor y las tecnologías de aprendizaje se convirtieron en mi tema favorito. Sin embargo, mi vocación de maestro sigue siendo lo que guía todo lo que hago.
Y de nuevo una pregunta fundamental que debes hacerte es: ¿Si volviera a nacer, escogería estudiar lo que estoy haciendo?
El camino con corazón de la Internet y el Ciberespacio
El empezar a utilizar la Internet me ha hecho considerar unos caminos que nunca hubiese pensado que me interesaría conocer. Así que de psicólogo-profesor ahora soy también un ciber-profesor y decano asociado de avalúo y tecnologías de aprendizaje. Gran parte del trabajo que realizo como profesor y decano asociado lo hago utilizando la Internet.
Como dice Humberto Eco:”Creo que la computadora es una máquina espiritual”.
Camino con corazón de la familia
Mi amada hija Gabriela, es parte fundamental de este camino que me fortalece y llena mi vida de un significado especial.
En este camino mis padres, quiénes dejaron este mundo hace unos años, me enseñaron la importancia de la honestidad y la integridad. Me enseñaron que el dinero es un medio pero nunca un fin. Me enseñaron que la humildad es una virtud esencial en el desarrollo de toda persona. Me enseñaron que aquel que sabe habla poco, y el que no sabe habla mucho. Fueron mis mejores modelos de la práctica de lo que decía San Francisco de Asís: Deseo poco y lo poco que deseo, lo deseo poco. De mis padres aprendí que la sencillez y la transparencia deben regir todo encuentro interpersonal.
Mi hermano, una persona que ha sabido construirse un camino bastante distinto al mío, pero un camino también con corazón. La Universidad nunca fue un camino con corazón para el porque el Deporte se convirtió en un camino demasiado importante.
Es interesante que todos estos caminos con corazón están conectados y dependen el uno del otro.
El paradigma de los caminos corazón
Nada está escrito en tinta china ni en sangre. Puedes siempre re-decidir y no debes tener miedo de cambiar de rumbo en cualquier momento de tu vida. Es muy probable que lo que consideres tu verdad hoy a los 20 años no lo sea a los 40. Así que no te aferres a lo que consideras la verdad en estos momentos. Es sencillamente tu verdad.
Hay dos decisiones que determinaran cuán feliz serás en tu vida: la selección de tu carrera y la de tu compañera/o. En la duda, abstente. Haz aquello que te haga feliz. Pero de algo si te puedo decir que estoy seguro: Para ser feliz y fuerte debes vivir en los caminos con corazón.
3 comentarios
Muy bueno!!!!
Soy docente de maestros de educación especial, me autorizas a utilizar este texto con mis alumnos?
Nos leemos!!
Autor
Horacio;
Gracias. Será un honor que lo puedas a usar con tus alumnos.
son muy buenos y muy interesantes. aunque soy estudiante de filosofía y podrían decir que eso no es para mí en realidad me sirve para distraerme y al mismo tiempo apreendo un lenguaje adicional al mio.
gracias………